Rosas y espinas

La lumbalgia de 'El Ausente'

Debate final del 23J entre Sánchez, Abascal y Yolanda Díaz, con la ausencia de Feijóo. -EDUARDO PARRA / Europa Press
Debate final del 23J entre Sánchez, Abascal y Yolanda Díaz, con la ausencia de Feijóo. -EDUARDO PARRA / Europa Press

Hasta ahora, en la mitología de nuestra derecha fasciocristiana solo existía un Ausente. Y ese Ausente era, claro, José Antonio Primo de Rivera, sanguinolento golpista que hasta a Franco le parecía demasiado cruel y desalmado. Tras este último 18 de julio, víspera del extraño debate a tres, Alberto Núñez-Fakejóo incluso le ha robado ese símbolo a la derechita valiente de Santiago Abascal. El Ausente es hoy, más que nadie, el gallego mentireiro de las narcolanchas.

De nada ha servido que, antes ya del debate, las calles de algunas ciudades españolas pasearan el rostro de José Antonio en la publicidad autobusera de Falange Española de las JONS. A aquel Ausente ya no le vota nadie. El Ausente que se lleva ahora no va de héroe, sino de lumbálgico. Mientras tres de los líderes de los cuatro partidos gubernamentables tenían la deferencia de darnos a los españoles un retazo de la España que quieren tras el 23-J, el nuevo Ausente llamaba por teletipo al mafias -así se autocalifican sus jefes- Antonio García Ferreras.

-Oiga, ¿está el enemigo? Sí, mire, que soy el otro enemigo, el de al lado, y que si esta tarde podríamos parar la guerra y el debate, que es que me ha dado una lumbalgia y he tenido que cambiar las balas por urbasones, y no me queda munición para matarlos a ustedes.

He de reconocer que, a pesar de mis obligaciones profesionales, yo también me hice un Gila y estuve toda la tarde de ayer más pendiente de la contraprogramación de Fakejóo en La Sexta que del debate Sánchez/Díaz/Abascal. El Ausente no me decepcionó: "Cuando salí de los estudios de Espejo Público, al levantarme de la silla, tuve un tirón y lo pasé francamente mal", declaró el gallego heroico ante el compungido rostro del burdo Ferreras, que también fue con ello.


En el debate, mientras, se hablaba de cosas que no le interesan a la gente, como la situación económica, las mujeres asesinadas, el contubernio climático social-comunista que nos está asando, la educación, la sanidad, la vivienda, la cultura... El pueblo lo que quería asistir es a la lumbalgia de Fakejóo en directo y en rigurosa exclusiva.

El tipo que nos quiere jubilar a los setenta años se nos lesiona a sus frescos 62 levantándose de la cómoda poltrona de un estudio de radio. Debe ser que la mentira pesa más de lo que nos dicen los físicos, y levantarla conlleva problemas lumbares mayores que colocar ladrillos a 45º a la sombra. Para que nos andemos fiando de la ciencia y de sus gurús terrarredondistas.

La destacada ausencia del Ausente en el debate nos dejó, al menos, una constatación a la que hasta Ana Pastor puede hacerle su fact/fat-checking: que incluso Santiago Abascal en plena forma es incapaz de mentir, trolear, insultar y denigrar con la misma donosura con la que practica estas artes Fakejóo, incluso con lumbalgia. No sé qué me da decirlo, pero a mí Abascal me parece un tío bastante más educado, correcto y yernecible que El Gallego Moderao.

La ausencia del Ausente desmereció tanto el debate que el pobre Xavi Fortes no tuvo más protagonismo que el del camarero de un club tan elegante que allí nunca pide nadie nada. Resulta sorpresivo que se pueda dialogar más civilizada y sinceramente con el representante de Vox que con el líder de ese partido de orden y seso que se autocalifica el PP (de rejas afuera).

De Vox hubiéramos esperado que no asistiera a ningún debate, que hubiera llamado a quemar simbólicamente los platós, que hubiera enviado una cabeza de toro en lugar de un interlocutor.

El PP de Fakejóo está superando todas aquellas expectativas. Ha sorpassado a Vox por la derecha y por incivilidad con goleada.

No sabemos lo que pasará de aquí al domingo con El Ausente. Me temo que lo esconderán (es lo mejor que se puede hacer). Y quizá les dé tiempo a cambiar el lema electoral por un Vota lumbalgia en los carteles, que lo de Txapote ya está muy desprestigiado.

Más Noticias