Rosas y espinas

55.000 y Ayuso

55.000 y Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i), y Alberto Núñez Feijóo (d).- Jorge Gil / Europa Press

La primera medida que va a adoptar el moderado ultrademócrata amante de la diversidad y la concordia Alberto Núñez-Feijóo, cuando esté al frente del Partido Popular, será la de eliminar las primarias de la formación gaviotera. Así lo ha anunciado sin mayores pudores. Malicio que la segunda gran maniobra orgánica del dirigente gallego será abrir la veda a los pactos de gobierno con la ultrafachería de Vox en Castilla y León. Aunque aún no ha sido investido como líder, todos sabemos quién toma ya las decisiones.

La verdad es que, para una vez que hacen algo democrático, no le salieron muy bien las primarias a los conservadores españoles. La prueba es que su líder durante dos años fue Pablo Casado, más instagramer que ideólogo, más lorito que orador, más guapo que bello. Comparado con Feijóo, yo he sido fino al calificar a este ser de la Nada que lideró a los conservadores.

"Ni me gusta, ni tampoco creo que los españoles esperen de nosotros la prolongación de las formas que hemos visto en la política nacional", dijo Feijóo tras presentar los avales, en clara alusión a su zangolotino predecesor. Según el gallego, el PP de Casado produjo "hartazgo y decepción", y no era una "alternativa sólida y solvente".

Como discurso suena muy bonito, pero quizá olvida Feijóo que en las cavernas de su partido sigue habitando la reina de la ferocidad y la nadería trumpianas, Isabel Díaz Ayuso, con su fiel Miguel Ángel Rodríguez ideando puñaladas y maldades todo el tiempo. Y de todos es sabido que Ayuso no se conforma ya solo con Madrid.

El estilo Casado de política de tierra quemada que tanto denigró Feijóo en su puesta de largo, lo tiene instaladísimo en casa con la presidenta madrileña. Y en las bancadas. Y en la militancia popular. Y lo peor de todo es que, electoralmente, que es lo que cuenta, ha funcionado de cine. Le podemos hasta agradecer a Ayuso que haya amilanado a Vox en Madrid. Esta mujer es un fenómeno.

Feijóo ha presentado 55.000 avales, en un gesto muy heredado de Fraga de primar la cantidad sobre la calidad. Pero esos 55.000 no hacen coro suficiente para acallar una sola voz de Ayuso. Y Ayuso soltará más de una voz, no me cabe la menor duda. A no ser que la silencien mucho los tribunales, que yo creo esperanza vana.

Sabe Feijóo que Ayuso ha alimentado su liderazgo en dos oposiciones, como una Agustina de Aragón descabezada: una oposición externa al gobierno, y otra interna a su propio partido, que es la que le ha funcionado mejor. Gusta esa idea de mujer valiente que va esputando sobre unos y otros sus balas de plata, pero también le pone mucho al votante popular la imagen de la heroína perseguida que se rebela contra todo y contra todos. Y malicio que IDA no desaprovechará la mínima oportunidad para rebelarse contra Fejóo, aunque sea solo un poquito, solo por marcar territorio. Y a Feijóo se le vendrá abajo su castillo de 55.000 naipes moderados por el solo soplo de una dama. Porque, no lo olvidemos, cuando Feijóo sea aclamado por todos los pares y los nones del PP, Ayuso seguirá teniendo más poder que él. Y los dos lo saben.

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