Consumidor indignado

Timadores 2.0 a la caza de parados

    Timadores 2.0 a la caza de parados

    6 millones de parados representan una cifra muy atractiva para quienes los consideran un nicho de mercado. El creciente mercado del fraude en las ofertas laborales.

    FACUA acaba de poner al descubierto que tres populares perfiles de Twitter dedicados a ofertas de empleo esconden un negocio fraudulento por el que instan a llamar a líneas 806 que cuestan hasta 1,57 euros por minuto.

    Se trata de las cuentas @alertasempleo, @AlertasTrabajo y @AyudaExperta, que suman cerca de 180.000 seguidores. Su modus operandi consiste en contactar con usuarios que las siguen y las mencionan o se dirigen a ellas para hacerles creer que tienen un curso u oferta de trabajo para ellos. Así, les envían mensajes privados como: "¿Dime #zona y de qué #tema(s) buscas trabajo? Aparte, si quieres informarte de algún curso dime tu teléfono y te contacta la coordinadora".

    Al facilitarles un número de teléfono, el usuario recibe otro mensaje en el que se le insta a escribir a una dirección de correo electrónico. El mail de respuesta facilita el supuesto teléfono móvil del "orientador laboral" para "ayudarle a concertar entrevistas de trabajo de forma personalizada". Y al llamar al móvil salta una locución: "para ser atendido personalmente en este momento llame al ochenta, seis cuatro tres, treinta y dos, cuarenta".

    Si el usuario anda despistado no reparará en que se trata de una línea con prefijo 806. O puede que se dé cuenta pero no sepa que estos números (como los 803 y los 807) son líneas de alto coste en las que quien recibe la llamada se forra a costa del que llama, sobre todo si logra mantenenerlo al aparato el máximo tiempo posible: los 30 minutos tras los que estas conversaciones se cortan automáticamente.

    El único objetivo que tiene la línea 80 643 32 40 (o la que monten en cuanto desmantelen ésta) es ganar dinero entreteniendo a la víctima con preguntas que fácilmente podrían haberle realizado por correo electrónico si se tratase de una auténtica oferta de trabajo.

    Ahora toca que las autoridades competentes actúen contra a estos timadores 2.0 a la caza de parados aplicándoles sanciones proporcionales a las dimensiones del fraude que vienen perpetrando.

    Lamentablemente, la pasividad y descoordinación entre los organismos con responsabilidades en protección de los consumidores y control del mercado de las telecomunicaciones suele provocar que este tipo de irregularidades queden impunes. Las multas suelen brillar por su ausencia o resultar absolutamente ridículas y las líneas 80x tardan un año en anularse, ante lo que estas empresas ven tan fácil seguir timando como montar un nuevo número y cambiar de nombre su negocio.

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