Ruido de fondo

Imprescindibles

No ha pasado una semana de las europeas y ya ha salido el abuelo Cebolleta a regañar a esos niños que están enredando en el PSOE. Qué poca contención tienen los chicos del 68. Qué poco sentido del ridículo. Y qué insaciables han sido siempre, desde que empezaron a mandar. Llegaron a todos los ámbitos del poder de chavalines, con diez años menos que ZP en el 2004, y entonces no les pareció mal prescindir de los viejos militantes del PSOE. Cuatro décadas más tarde se resisten a abandonar la escena y se enfurruñan cuando les hacen bailar el quítate tú pa ponerme yo, la misma danza que tocaron ellos para sus mayores. En la universidad, por ejemplo, fue ganar el PSOE las elecciones del 82 y adelantar la edad de jubilación. Cuando todos los maestros desalojaron sus cátedras, éstas fueron ocupadas por los aído y los pajines de la época, que volvieron a cambiar la ley para que no les hicieran a ellos lo que ellos acaban de hacer. Y ahí siguen los tíos. Buena parte de los males que sufre la universidad viene de aquella usurpación y de la masiva conversión de mediocres compañeros penenes en titulares. Por eso, cuando veo al ex presidente González o al ex periodista y empresario Cebrián regañar al niño, cuando veo el paternalismo con que lo tratan columnistas afines y vieja guardia, olvido mis diferencias con la gestión de ZP, que son muchas, y me pongo de su lado. Es instintivo, no puedo evitarlo. Su generación, que es la mía, ha sufrido como ninguna la megalomanía histórica de los chicos del 68, esos que nunca se equivocan, esos que estaban en lo cierto cuando pensaban blanco y que siguen estándolo cuando piensan negro.

Más Noticias