Ruido de fondo

Terrorista el que me critique

Todo empezó con la doctrina del entorno de ETA: asesino no es solamente el que asesina, sino también el que no condena el asesinato. Se le dio otra vuelta de tuerca para que asesino no fuera solamente el que asesina y el que no condena el asesinato, sino también el que comparte las ideas del asesino. Los objetivos políticos no asesinan, pero están contaminados por el asesino que los defiende; pueden perseguirse porque han dejado de ser ideas para convertirse en instrumentos de la banda. Ejemplo: cuando el PNV se manifestó junto a los batasunos para criticar la última detención de Otegui y compañía, Rubalcaba no se molestó en rebatir argumentos; le bastó con señalar que el PNV coincidía con ETA para descalificar las protestas. Hasta ahora esta estrategia retórica no se sostenía fuera del ámbito para el que se había creado. Pero la crisis del Alakrana y la penúltima pelea a cuenta del sistema de escuchas Sitel nos han permitido descubrir el enorme potencial de esta estrategia aplicada a otros asuntos. El País titulaba el jueves: "Un mafioso ruso pide anular escuchas del Sitel con los argumentos del PP", de donde se deducía que los argumentos del PP eran despreciables porque despreciable era el mafioso que los había utilizado. El día anterior, recién liberado el Alakrana, hubo una sesión de control al Gobierno, en la que se criticó la gestión de la crisis. En este caso fue la vicepresidente De la Vega quien prefirió recurrir al argumento de marras antes que molestarse en dar explicaciones. Acusó al PP de ponerse al lado de los piratas y se quedó tan ancha. Así que ya sabes: si se te ocurre criticar algún aspecto de este artículo eres un machista, un homófobo y un terrorista islámico.

Más Noticias