Palabra de artivista

Espe, el feminismo no es un complemento

Hay que ser sinvergüenza para perseguir al feminismo en cada rincón en el que se manifieste, como Esperanza Aguirre ha hecho y promovido en el caso de las Valientas de la capilla de la Complutense, y luego recurrir a su retórica, logros y mecanismos de defensa cuando nos viene bien.

Espe, el feminismo no es un complemento

Pues eso es lo que intentó hacer la populista Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid cuando un cartel suyo con el revelador eslogan Adiós, Condesa apareció en destacados lugares de la capital como parte de la lúcida campaña de Tomás Gómez. Esperanza Aguirre, una innegable representante del dinero, los privilegios de clase y el clasismo más rancio, una mujer convencidamente machista, casualmente casada con un Grande de España, no tuvo mejor ocurrencia que acusar a Tomás Gómez y a su equipo de "machista" por decirle la verdad en la cara: que está casada con dinero aristócrata, que ella es de dinero aristócrata (eres nieta del Conde de Sepúlveda, José Gil de Biedma Becerril, querida, que ese apellido no lo saques sólo para disfrazar tu homofobia mencionando al poeta que jamás conociste), que sus amistades son de dinero, elitistas, machistas y reaccionarias. Pero de repente no le venía bien que la realidad eclipsase su discurso populista de "yo no llego a fin de mes" (una vergüenza que una mujer increíblemente rica y aristócrata por familia y casamiento, pero de las ricas de verdad, se atreva a reírse de los ciudadanos que sí que no llegan a fin de mes y tienen que hacer malabares para que no les echen a la calle o a sus hijos no les dé ni para zapatos). Pero esas son las estrategias de la derecha hipócrita y populista que tan bien representa la señora condesa, Esperanza Aguirre. Valores de clasismo y enchufismo (ha colocado a todas sus compañeras y compañeros de clase) encubiertos por un paternalista "colegueo" con "el pueblo" que en su caso bordea en la caricatura zarzuelesca. Habrá visto que a su colega Rita Barberá le funciona muy bien lo de trabajarse la vena populista en las agrupaciones falleras (en las que están metidas todas las familias) y ha decidido que el equivalente es la manola de la Verbena de la Paloma (a pesar del desplante que el año pasado le dieron los Bomberos protestando por la precariedad, por mucho que Telemadrid obligase a sus cámaras y redactores a ocultarlo).

Ella, al igual que su partido, intenta hacer pasar por avances para la mujer el hecho de que haya conseguido diversos cargos de relevancia política que en realidad sólo han sido posibles gracias a sus contactos, endogamias diversas y privilegios de clase. Querida Esperanza Aguirre, no eres, ni de lejos, el primer caso de una mujer de derechas, reaccionaria y machista que llega al poder. De hecho es una estrategia que los reaccionarios patriarcales vienen reproduciendo cada vez más a menudo para disimular sus discriminaciones. Tu adorada Margaret Thatcher fue un claro precedente. Es fácil para una mujer que se pliega al Amo Patriarcal llegar hasta arriba como una bala, como para un gay que hace lo mismo, los oligarcas necesitan esas marionetas populistas para distraer de su creciente reducción y destrucción del Estado de Bienestar a favor de la Plutocracia.

El feminismo no es un complemento que una se pone o se quita según cómo quede con el modelito que llevamos ese día, querida Condesa. El feminismo es una cosa muy seria que ha llevado a la cárcel, al exilio y a la tumba a muchas valientas. Quizás no hayas entendido que lo que tú haces se llama mujerismo. El mujerismo está construido sobre la falacia de que todas las mujeres son iguales, han luchado por lo mismo y, por lo tanto, son feministas. Obviando la incómoda realidad de que, por desgracia, una gran proporción de mujeres son agentes machistas al servicio del Patriarcado y sus máximos representantes: Familia e Iglesia.

Y es que la derecha ha aprendido de su mentora, la Iglesia Católica, que las mujeres son instrumentales a la hora de preservar el machismo, la homofobia, el fanatismo. La Iglesia siempre ha sabido utilizarlas en un estado de profunda represión y miedo para convertirlas en agentes adoctrinadores desde las bases, en la familia. Y en política eso lo han sabido reproducir desde la hipócrita derecha: a las mujeres rompedoras, valientes, solidarias de la izquierda, contrapone mujeres obedientes, serviles, adoctrinadas en la derecha. Mujeres como Esperanza Aguirre que dejó de pensar por si misma hace mucho, si es que alguna vez lo hizo, y se limita a preservar el poder masculino, a reproducir los esquemas machistas, a obedecer la máxima nacional-católica de padre-marido-confesor. Y, por supuesto, a perseguir a sus hermanas más generosas. Con la sonrisa, la cortesía y el aire palaciego de la esposa del cacique, claro.

Pero no es el primer caballo de Troya que intenta meter al enemigo en el vientre del feminismo. Muchas antes lo hicieron y muchas más lo siguen haciendo. Y vamos a seguir luchando. Con nuestro voto.

Vota feminista, no votes mujerista.

P.D: El PP se niega a retirar unos carteles que culpan del paro a Tomás Gómez. Y si a La Condesa le parece mal que se hable de su marido en lugar de ella, ¿qué le parece hablar de Zapatero en lugar de Tomás Gomez para desacreditar al segundo con la absurda asunción de que el paro es culpa de Zapatero? ¿No habéis tenido nada que ver vosotros y vuestra especulación inmobiliaria, chatos? ¿No es más cierto que vuestro apoyo a los corruptos ha degenerado en esto? Bendito sistema neoliberal que sigue culpando a las víctimas y devolviendo dinero a los verdugos.

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