Palabra de artivista

Homofobia en la rotativa

El terrible asesinato de Marcos H por parte de su ex pareja, un desgraciado guardia civil que le mató a tiros en un gimnasio de Madrid para a continuación proceder a suicidarse, es otra tragedia provocada por el amor mal entendido, otro episodio de eso que se ha llamado "violencia de género" en lugar del más correcto "violencia machista", que es lo que realmente es y como deberían haberlo llamado si no tuviesen tanto miedo a ofender a los sectores retrógrados. Pues este nuevo episodio de violencia machista, como los protagonistas eran homosexuales, ha desatado una verdadera orgía de homofobia en los medios. Sin pensárselo dos veces la mayoría se han lanzado a explotar lo más morboso, prejuicioso y homófobo de este trágico asesinato-suicidio.

Pero tan insensible tratamiento de una tragedia ha palidecido frente al desenfreno insultante de los de siempre. Y cuando digo los de siempre, por supuesto, me refiero a nuestro patrio TDT Party. Esa cutriversión cañí del ya de por sí ridículo Tea Party estadounidense fue muy bien definida en un comentario dejado por un tal Groutxo en uno de sus medios: "Una UTE formada por El Mundo, La Razón, La Gaceta, ABC, COPE, Interlobotomía, y otros sucedáneos de estos sucedáneos, cuyo fin único es el bombardeo masivo de la población con propaganda electoral del PP anti PSOE". Si a estos les añades la plataforma de canales TDT que han monopolizado para sembrar la confusión, la mentira y la ignorancia (como todos sabemos, único medio en el que el PP puede subsistir), ya tienes el penoso TDT Party en pleno.

Parecen tener una competencia a ver quién miente, manipula o invierte más términos (llamar fascistas a los de izquierda, maltratadoras a las feministas u opresores a los obreros son algunas de las absurdeces que el también conocido como Tintorro Party, a causa de su afición de darle al vino en sus debates, suele intentar colar), pero dentro de esta deliciosa tribu, en esta ocasión ha destacado por su repulsiva cobertura del incidente el periódico de ultraderechas La Razón. El rotativo carpetovetónico no ha tenido nada mejor que hacer para estigmatizarnos un poquito más que titular este terrible crimen Pasión gay en el "gym". Sí, sí, por si no me creen @JoniPod tuvo a bien fotografiarla:

Homofobia en la rotativa

¡Hala!, vamos a ponerle un titular como de película de Paco Martínez Soria y a darle ribetes de chiste homófobo a un crimen terrible. Que lo de los gays siempre es ridículo... especialmente cuando se matan. Ah, nena, y provecha que ellos lo llaman "gym", que nos da un aire moderno y "enteráo" y queda muy gracioso... Hay que ser hijo de machista.

Y es que, claro, según esta patulea, aún aferrada a la tea medieval, los maricas no nos merecemos ni el más mínimo respeto y, sobre todo, somos todos iguales: nuestra orientación sexual define cada uno de nuestros actos. Especialmente cuando son criminales. Sobre todo los que refuerzan la falsa noción de que somos todos histéricos, peligrosos, enfermos, delincuentes... porque tenemos lo peor de las mujeres (histéricas) y de los hombres defectuosos (criminales). Y habrá incluso quien se apresure a afirmar que por esto no es posible el matrimonio homosexual. Desde luego, hasta en medios "gays" (ya os vale, bonitas) se han lanzado a utilizar el estereotípico "crimen pasional" para tildar esta desgracia fruto del empeño de un sector de adoptar los peores patrones sociales heteronormativos (promovidos por esa panda de listos corruptos gaympresarios que constituyen una verdadera mafia explotando la marca "gay" a cualquier precio).

Porque todo esto viene de la asimilación, de ese empeño desesperado de los homosexuales en ser "normales", y de que esa normalidad la definan por el muy, muy, muy defectuoso patrón heterosexual. Gracias a esa obsesión en "parecer normales" ("parecer heterosexuales" en otras palabras), los homosexuales quieren entrar en la Guardia Civil, para aparentar una hipermasculinidad imposible que pueda suplir la permanente castración social que supone la continua negación de nuestra masculinidad por el mero hecho de ser homosexuales (cuando siempre he dicho que los maricas somos el doble de hombres: tú y el que te tiras), que pueda demostrar que poseemos esa masculinidad (un constructo social definido por el patriarcado) que nos niegan como castigo. Y todo por hacer caso a comentarios como este que un repugnante ser infecto dejaba en La Razón tras el crimen:

como está la G. Civil, hemos pasado del bigote a la ropa interior femenina, esta claro que ya no es lo que era, panda de mari....., VIVAN LOS MOSSOS

Homofobia en la rotativa

Y, claro, los homosexuales, siguiendo el juego, nos apresuramos a demostrar que eso no es cierto negando nuestra esencia, engalanándonos con una plumofobia que lanzamos como dardos envenenados a diestro y siniestro, hiriendo a nuestros hermanos para complacer al verdugo. No hay nada que complazca más a un dictador que un traidor (aunque al final siempre lo mate). Hemos renegado de nuestra orgullosa diferencia para copiar lo peor de ellos, decadentes inmovilistas. Y el resultado ha sido este amor mal entendido, este imposible aparentar, hacer las cosas para ser aceptado, hacer lo que los demás hacen, estar tan pendientes del qué dirán que desemboca en el triste "L@ maté porque era mi@". O, como comenta muy certeramente en este mismo periódico Gatos en celo:

A ver si en lugar de "violencia de género" -vaya expresión tonta- va a ser que la violencia procede de la relación. El amor burgués no es natural, no es lógico, va contra el sentido común. Qué tendrá que ver el amor con la exclusividad sexual. Qué tendrá que ver la homosexualidad con las historias heteras. Si el modelo hetero es claramente una pamplinada a qué viene que los homosexuales copien esa estupidez y se hagan novios y se casen y tengan críos y perros e hipotecas en común, que follen a espaldas de sus "parejas", se pongan "los cuernos", en lugar de follar sin más, sin culpas, libres. Vamos, que haga cada uno lo que le salga del rabo, pero un poquito de reflexión no vendría mal. Al final han entrado en el juego burgués, se han convertido en un sector de mercado apetecible, ciudades tan homófobas como Granada salen por ahí a las ferias gritando que son gayfriendly, han sacralizado aún más el matrimonio ¿Mereció la pena tanta lucha para acabar así de domesticados?

Pues sí, quizás por ahí venga el problema. Como me he cansado de denunciar en mis libros y en mis espectáculos, ese rescatar un mundo burgués que se venía abajo está siendo nuestro final. Es lo que yo llamo el gaypitalismo.

En realidad no hay nada nuevo en esos problemas, no son nada más que expresiones del machismo. El feminismo lleva siglos denunciándolo, como me comentó mi hermana feminista Clara Ginés Viguera o @claracaracola:

@shangay los hombres parece que tienen problemas para entender que sus parejas no les pertenecen, l@ mate xq era mi@, @feministaentwitter

Sólo el factor social de una conquista o relación (fardar de novio o esposo guapo, de conquista), un concepto machista de propiedad valiosa en la sociedad, añade a una relación de afecto una de exposición social que acaba definiéndose por parámetros ajenos al amor.

Muchas son las parejas que utilizan las relaciones para integrarse en la sociedad. Tienen novio, y un cierto tipo de novio, porque la sociedad les dice que eso es lo correcto, el éxito, algo que les añade un valor, porque es "lo que hacen los triunfadores", conseguir al guapo te define como el ganador. Y no saben ver las mentiras que esos "gays triunfadores" están vendiendo. No saben ver los miles de gays "envidiables" y "ejemplares", con cuerpos perfectos de gimnasio, de anabolizante, de Viagra, de cirugía para encajar en el imposible patrón, que viven una mentira llena de odio hacia sí mismos, que perpetúan ese clasismo que se ha apoderado del mundo gay, de los burgayses, gracias a los gaympresarios, que han creado y manipulan la marca "gay", gracias a ese maldito gaypitalismo que nos ha llevado a hundirnos en esa decadencia en lugar de aportar nuestras alternativas a esta sociedad que se asfixia en su inmovilismo.

Más Noticias