Palabra de artivista

Coronas inviolables y repúblicas innombrables

coronasinviolables-afHoy podría haber sido un día histórico para la democracia en el mundo. Hoy podría haber sido el día en el que, tras casi 80 años de injurias a la república española, se restaurase la memoria de todas las personas que lucharon por la verdadera democracia, por cambiar el modelo social que explota al pueblo. Y no sólo me refiero a las y los republicanos españoles, sino a los idealistas de brigadas internacionales o intelectuales que supieron ver en la España republicana un punto crucial del cambio histórico que debería venir tras la oleada de fascismo que sumió el mundo en un pozo de sombras que perpetuaba el feudalismo y explotación de los pueblos a pesar del naciente comunismo.

Pero en lugar de desterrar la injusticia que se cometió con la República española y los y las republicanas, hoy tenemos que ver la imposición del viejo orden, la restauración de lo inviolable, sacrosanto, divino y espermatozoide. Gracias a la imperdonable traición del PSOE, que ha escupido a las y los socialistas republicanos que murieron por sus ideales, se ha negado la voluntad del pueblo y de la historia. Una historia que se carcajea del anacronismo que es un jefe de gobierno impuesto por genes, sexo y orientación sexual (todo contradiciendo los valores de esa Constitución que tanto han blandido los cobardes y serviles para justificar su traición).

El obsceno modo en que se ha blindado la ciudad de Madrid, muestra el atavismo que este golpe de estado exprés, pergeñado por los partidos, la banca y las oligarquías internacionales varias, supone para la historia del estado español. Ante la corona todos los poderes fácticos han caído de rodillas y se han visto obligados a quitarse las máscaras de "modernidad" o "democracia" que normalmente llevan en el baile de máscaras que inició la Transición.

Con esta imposición, que ha negado un referéndum al pueblo, se restaura la indecente inviolabilidad del rey en un estado de derecho que proclama que todos los españoles son iguales ante la ley. Y las carcajadas de los que ven que el emperador va desnudo atronan el paso de esa comitiva real que más bien pareciera un cortejo fúnebre a juzgar por las escenas de desolación y desapego que se están viendo esta mañana en la Gran Vía madrileña. Desierta de un pueblo que da la espalda a quien antes ya le había dado la espalda, repitiendo una pantomima de  democracia cuando impone una dictadura con  ribetes de sainete bananero.

Han convertido Sol en una especie de parking de la policía, en un despliegue de fuerza bruta que nos recuerda que tras el marketing se esconde una dictadura teatral. Nunca se había visto una aniquilación del símbolo de los movimientos sociales, de la libertad ciudadana, como hoy se ha hecho sin contemplación ni disculpas. La calle es mía, que diría el fascista asesino de Fraga para luego hablar de democracia.

shangaymongoliafelipeviolarte-eEl gasto en medidas de seguridad (opresión, las llamaría yo) han sido obscenas en medio de una crisis (que es una estafa). Ayer mismo intenté acercarme al palacio real con un número de la revista Mongolia que advierte en portada que Felipe podrá violarte a partir de su coronación, y no ser condenado (o asesinarte, ya que estamos) en aras del artículo 56.3 que declara al rey inviolable e inimputable de cualquier delito. Un delirio en un estado democrático que se dice igualitario.

Lo más cerca que llegué a algún monumento real fue al de la infanta Isabel "La Chata" en el parque del Oeste. Mientras posaba con la portada, se me acercaron unos turistas, que se identificaron como guatemaltecos, a preguntar qué era eso de que Felipe podía violarnos o que si es que en España a la familia real la llamábamos Mongolia, al no conocer la cabecera humorística. Cuando les expliqué el artículo 56.3 estaban tan escandalizados como atónitos (aunque corrieron a hacerse fotos con "La Chata").

Pero de todo este penoso episodio de coronación exprés impuesta, lo más triste no ha sido esa evidencia de que la monarquía está impuesta por una dictadura que ha heredado mandos de la que impuso a su predecesor, sino de la invisibilización, criminalización y negación de la República como modelo de gobierno que trajo tantos avances a España. De repente, entre tanto discurso politólogamente modelado, biselado a golpe de marketing fraudulento, estafadoramente mentiroso, no es políticamente correcto reivindicar la memoria de las y los represaliados por defender un estado más avanzado, más humano, más democrático, como fue la II República. Cuando estuve en La Tuerka tuve que escuchar que no es conveniente hablar de la II República porque falló y hay que vender la república como algo nuevo, distinto, casi innombrable. Me pareció repugnante volver a abandonar en las cunetas del olvido a esas personas nobles, generosas, avanzadas que lucharon hasta la muerte por defender la república. ¿Han hecho las nuevas generaciones algo que se pueda medir en grandeza a ese sacrificio acallado por las oligarquías mundiales? ¿La memoria de esos hombres y mujeres que gritaron desesperados ante las tapias "que mi nombre no se borre de la historia" son ahora víctima de los cálculos electoralistas? Vuelven a ser apestados a pesar de haber traído a España unos avances sociales sin precedentes.

Es muy doloroso ver cómo hasta la izquierda, salvo IU, se ha separado de la II República como si fuese un apestado. Ver a las nuevas generaciones hacer malabares para evitar que se les asocie con los republicanos que lucharon por su libertad es triste y doloroso. La República se ha vuelto innombrable. Y si se menciona es para criminalizarla desde la derecha, con el silencio cómplice de la izquierda (repito, salvo IU). Estamos en una sociedad de coronas inviolables y repúblicas innombrables.

Recordar este día a personas como mi admirada amiga Inés García Holgado que desde Argentina mantiene, junto a un grupo de valientes, la lucha por recuperar la memoria de las y los republicanos represaliados, da pena, mucha pena.

Pero por muy políticamente incorrecto que sea, por muy "antiguo" que quieran hacerlo parecer (otra estrategia invisibilizadora), grito y gritaré este día un orgulloso ¡Viva la República! ¡Hermanas y hermanos republicanos que sacrificasteis vuestra vida, vuestro exilio, vuestra mazmorra por un mundo mejor, un mundo de Repúblicas libertarias, no os olvidamos!

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