Palabra de artivista

Ruz-Bárcenas, lo que el folclore mediático esconde

ruzbarcenas_tb1El Teatro del Barrio sigue empeñado en romper el silencio informativo, formativo, cultural, que el régimen ha impuesto en toda España y, particularmente, en Madrid. Y lo está haciendo a través de una selecta programación que recupera datos, momentos, personajes que son borrados (desde luego distorsionados) de la consciencia pública para convertirlos en toda una galería de simpáticos golfillos populacheros destinados a entretenernos con sus extravagantes ocurrencias. La maquinaria propagandística neoliberal ha convertido a sus delincuentes en verdaderas caricaturas difíciles de odiar. Esa Esperanza Aguirre con calcetines blancos en un aeropuerto, ese Fabra con gafas y poses de mafioso, ese Carromero con cara de bobalicón estrellacoches, esa Cifuentes que se mete en carriles prohibidos en moto, esos borrachos insultando, esa hija de Fabra gritando un sonoro "que os jodan" al pueblo saqueado... el aluvión de indignidades que la caverna mediática relativiza entre un mayor aún alud de mentiras, chascarrillos, absurdeces y recuperaciones de dialéctica y hechos de la Guerra Civil, la II Guerra Mundial o hasta el Imperio Romano, dejan al espectador agotado, confundido y empachado. Esa es la estrategia.

Por eso es tan valiosa la contrainformación que el Teatro del Barrio, especialmente de mano de su cofundador Alberto San Juan, está poniendo en la calma, limpieza, honestidad y rigurosidad de su escenario. En este caso, Alberto ha tenido la generosa idea de recuperar el segundo interrogatorio al extesorero del PP durante el juicio de Bárcenas que el juez Ruz aún sigue instruyendo. Como ya informó este medio cuando fue estrenado originalmente: El Teatro del Barrio revive el duelo entre Bárcenas y Ruz. En el texto no hay nada que no se haya dicho literalmente durante el mismo. De hecho es una transcripción palabra por palabra. Aquí no hay trampa ni cartón: son los datos puros puestos en presencia del espectador. Sin añadidos literarios, sin modulaciones dramáticas, sin tocar una coma. Y San Juan lo hace de la mano de Jordi Casanovas (Barcelona, 1978), autor de la obra Ruz-Bárcenas.

ruz-bárcenas-tb3Una iniciativa que en un primer momento puede parecer poco teatral, aburrida, o incluso árida, pero que cuando nos sentamos en ese laboratorio de la contracultura y la información que es el Teatro del Barrio, nos deja pegados a la butaca preguntándonos un inesperado "¿pero cómo no se le había ocurrido a nadie hacer esto antes?". Porque el desfile de datos, escandalosas revelaciones y confesiones que con milimétrica precisión van asomando a las tablas es hipnotizante. "¿Cómo no me he enterado de nada de esto antes?", es la segunda pregunta que sobrecogerá al espectador de este recital de buen teatro. De hecho, algo que a mí (y como luego me confesó el propio Alberto) me sorprendió enormemente es la continua carcajada que se escucha durante la obra. Una risa que yo sólo podría explicar como nerviosa o aturdida ante las barbaridades que de repente se empiezan a procesar. Los nombres desfilan con pavorosa rotundidad: José María Aznar, Rajoy, Cospedal, Trillo, Sáenz de Santamaría, Miguel Ángel Rodríguez, Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes, Lapuerta, Blesa, Isabel Tenaille, José Luis Moreno... y constructores, docenas de constructores, casi todas las constructoras encumbradas del Estado aparecen en un desfile que semeja las ánimas de la burbuja inmobiliaria. Estupefactos nos vamos quedando cuando vamos hilando la perversa red de corrupciones (es muy de agradecer la concisa y bien estructurada información que antes de que empiece la obra nos explican en la pantalla sobre el organigrama del PP desde su fundación).

Ruz-Barcenas-cartelY es entonces cuando uno se da cuenta del ruido que la derecha está metiendo a través de su monopolio informativo para distraer de la terrible realidad y taparla con un entretenido folclore mediático que, perfeccionado por los realities, sepulta la información válida bajo una verdadera escombrera de datos vacuos, contradictorios, superficiales y, por supuesto, hasta falsos. Son los modos del capitalismo posmoderno. La polémica por la polémica, el todo vale, la equidistancia, el "tú más" y todo un empacho de estupideces que acaban por agotar la atención del espectador y situarlo en ese útil espacio mental (para el régimen) de la indolencia.

Por todo esto es tan imprescindible, tan sumamente importante, la labor que espacios como el Teatro del Barrio (ya constituido en cooperativa de la que todos y todas os podéis hacer socios para mantener este necesario faro, este ágora) están desempeñando. Y yo destacaría la impresionante evolución que Alberto le está dando a la fórmula. Esta obra, que sigue a sus dos primeras instalaciones escénico-educativo-políticas, si se me permite la clasificación, Autorretrato de un joven capitalista español y Marca España, es un verdadero prodigio de teatro social (o político). La precisión, limpieza, eficacia y exquisitez de la dirección y la puesta en escena son admirables. Todo está construido en torno al texto, nada distrae de la fascinante (e indignante) crudeza de los datos que esa conversación revela. Nada empaña la sobriedad de este monumental suceso, un riesgo que algo tan exageradamente descomunal podría correr. Se ha evitado la ostentación (que es el leitmotiv de toda la obra y esa trama del PP-constructores) y se ha acertado plenamente. Alivia poder digerir los datos, el crescendo, la trama. con calma, con sobriedad, con algo de distancia. Justo lo contrario de como lo han empozoñado los medios hasta convertirlo en improcesable.

ruz-bárcenas-tb2Pero lo que convierte a esta obra en un verdadero prodigio teatral es el recital actoral magistral que los dos monstruos Pedro Casablanc (Bárcenas) y Manolo Solo (juez Ruz) tejen con una sobriedad, temple y fidedignidad deslumbrantes durante los fascinantes 60 minutos que dura este tour de force interpretativo. Sin recurrir a grandes gestos o guiños, consiguen la hilaridad del público y, sobre todo, la atención. Es fascinante lo que Pedro Casablanc se puede parecer a Barcenas, sin caer  en la parodia, se está viendo al extesorero en cada gesto, cada reconocible deje de coquetería (cuidadoso siempre en la indumentaria), en cada movimiento de brazos. Es verdaderamente asombroso. Y otro tanto se puede decir de Manolo Solo, que hasta cuando abronca al público (coincidiendo con una llamada de atención que hizo Ruz en la sala) consigue hacernos dudar de cómo reaccionar. Una verdadera maravilla.

Creo que pocas veces he visto una obra tan exquisita, fascinante, perfecta y subyugante. Y, sobre todo, creo que todos tenemos la obligación de informarnos sobre la terrible realidad que nos está ahogando. Y si encima, como se dice por rutina, se entretiene (en este caso es verdad), pues mejor que mejor. Por favor id a ver esta pieza de iluminación. Lo vais a agradecer mucho, mucho.

 

Ruz-Bárcenas. Teatro del Barrio (Zurita, 20. Madrid.Teléfono 91 084 36 92).
Duración > 60′
Fechas > A partir del 5 de SEPTIEMBRE: viernes y sábados a las 20 horas. Domingos a las 19 horas (excepto el 20 de septiembre). Hasta el domingo 5 de Octubre
Precio > 14€ anticipada, 16€ en taquilla
Texto > Jordi Casanovas
Dirección > Alberto San Juan
Reparto > Pedro Casablanc y Manolo Solo

Más Noticias