Sin filtro

Un director de comunicación para la virgen

Va a ser, como siempre, un problema de comunicación. El Papa Benedicto XVI ha revelado que la Virgen ya informó en su día de que los delitos de pederastia que protagonizarían miembros de la Iglesia iban a provocar grandes sufrimientos a la institución. Se ve que la mujer dio por hecho que contándoselo a una pastora en Portugal (en Fátima, para ser más precisos, allá por 1917), quedaba advertida toda la Iglesia.

Si hubiera elegido un responsable de comunicación más capaz, la jerarquía eclesiástica habría estado prevenida y (a nadie nos cabe duda, ¿verdad?) habría adoptado cuantas decisiones fueran menester para apartar de sus filas a esos depravados que se acercan demasiado a los niños. Los católicos se habrían ahorrado la vergüenza que los abruma y los niños víctimas de abusos no habrían sufrido semejantes agresiones.

Se ve que la profecía (la revelación del tercer misterio de Fátima, en lenguaje católico) le fue hecha al Papa Juan Pablo II en el año 2000, siendo Ratzinger cardenal prefecto para la Doctrina de la Fe.

Así lo ha contado hoy el Pontífice en rueda de prensa en pleno vuelo a Portugal, en las declaraciones más próximas al cielo de cuantas se le recuerdan.

Hace cien años que la Iglesia sabía que pasaría vergüenza por males cometidos por sus propios representantes. Hace 10 años que el actual Papa participó de detalles exclusivos sobre esa profecía, al lado del Papa anterior, el mismo que protegió al depravado por excelencia, Marcial Maciel.

¿Y ahora debemos alabar que por fin dé orden a su gente de denunciar los abusos que se vayan conociendo?

No es de comunicación. Como suele ocurrir, el problema es de gestión.

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