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Drenthe no es el (único) malo

H.C.F. es una empresa dedicada al mundo del espectáculo cuya sede se halla en Alicante. En ella trabajan un gran número de empleados entre los que se encuentra R.D. Sin embargo, debido a diversas dificultades, la empresa no ha podido pagar a sus empleados la nómina del último mes. R.D., entendiendo que se vulneraban sus derechos, decidió protestar no acudiendo a su puesto de trabajo hasta no ser pagado. Los directivos de H.C.F., sin embargo, consideran la actitud de R.D. como una ofensa, además de "una falta muy grave". Por esa razón, R.D. tiene abierto un expediente disciplinario desde el día 4 de enero y los directivos tendrán que decidir qué castigo económico impondrán al insubordinado.

Drenthe no es el (único) maloSi no fuera porque "R.D.", es Royston Drenthe, y "H.C.F." es el Hércules Club de Fútbol, esta historia nos parecería indignante. Pero como el afectado por el impago de la empresa es un futbolista (y además uno de los polémicos), nos parece hasta bien que el club decida castigarle por su protesta.

Pero ya es hora de decir que no podemos aceptar como normal que un futbolista no cobre. Se llame Drenthe, Cristiano Ronaldo o Miguel Pérez. Por desgracia, nos estamos acostumbrando a que esto ocurra, quizá porque nos estamos resignando a que los empresarios hagan lo que quieren con nosotros sin exigirles su parte del trato. No se puede esgrimir como excusa que el club "sólo le debe una nómina" a Drenthe. Eso no vale. Es el Hércules el que falla al no pagar a sus empleados, no el futbolista que no se resigna y decide protestar.

Que sí, que Drenthe podía haber elegido otras formas, y sí, hay otros que tampoco han cobrado y han decidido entrenar. ¿Y? También nos estamos acostumbrando a la poca solidaridad entre los futbolistas. Le pasó a Jean-Marc Bosman, cuyo caso sirvió para cambiar las normas de la UEFA, y a él para terminar en el absoluto ostracismo y olvido de los demás jugadores, que se aprovecharon de su suerte.

Drenthe es otro más en la lista de incomprendidos, por muchos semáforos en rojo que se haya saltado, por muy mala cabeza que tenga o por muchos millones que gane. En esa lista hay cada año muchos jugadores de Tercera que pasan por su misma situación. Drenthe no deja de ser un trabajador que no ha cobrado y que se está quejando, y la actitud del Hércules es inadmisible, reprochable y hasta condenable.

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