Desde los albores de la Prehistoria, cuatro son los momentos en los que el hombre se encuentra más indefenso ante los ataques de sus enemigos: cuando come, cuando copula, cuando evacúa y cuando duerme.
Hoy seguimos siendo blanco perfecto para los enemigos (o lo que es peor, los amigos), sobre todo si nuestro sueño está aderezado con abundante alcohol y/o sustancias psicotrópicas. Así, rozando la inconsciencia, estamos listos para que a la mala gente que nos rodea de rienda suelta a su jocosa creatividad usando como lienzo nuestros cuerpos serranos.
Empastar caras, pintarrajear cuerpos, tatuarlos, trasquilarlos, llenarlos de comida o de basura... E inmortalizarlo con una foto que se sube a la Red para regocijo de propios y extraños. Es una arraigada tradición que se repite en internados, reformatorios, colegios mayores o fiestones juveniles y adultos de toda índole.
Este post no es más que una advertencia para que tenga usted cuidado dónde se cae muerto. Ya lo decía Stevie Wonder: "Si bebes, no te duermas".
Tras una noche loca, este caballero de 50 años se despertó con unas gafas Rayban tatuadas en la jeta. Le costó Dios, ayuda y seis sesiones de láser borrarlas un poquito.
La droga es peligrosa, y este joven murciano fumó demasiados chinos. ¿Resultado? Sus compañeros de piso lo cambiaron de raza, como a un Michael Jackson cualquiera.
De vacaciones en Benidorm con sus amigotes, este hooligan inglés se tomó tropecientas cervezas de más. Sus colegas lo pusieron a dormir la mona en una piscina de plástico que usaron de improvisado retrete.
Una rave campestre, un colocón considerable y un gamberro cerca armado con una cuchilla de afeitar. ¿Resultado? Luces un nuevo y original peinado.
Esto de las bromas pesadas es vicioso: empiezas poniéndole a tu compañero de piso una alpargata sobre las nalgas y acabas jugando al tetris sobre su desafortunado lomo con todos los trastos de la casa.
A veces no hace falta ni adornar al infeliz dormido: basta con usarlo como blanco de mofas, befas y escarnios.
Los palillos son uno de los elementos más comunes en los trabajos manuales (o cómo convertir a un hombre en puerco espín).
Repite conmigo, moreno: cuando vuelvas en metro del fiestón del siglo en Fabrik no te duermas, no te duermas, no te duermas, no te… zzzzzz.
No, las compañeras de piso de esta desgraciada no tuvieron el detalle de tirar de la cadena y eliminar las aguas mayores antes de ponerla dormir la mona en el retrete.
Novedosa disciplina patafísica consistente en embutir personas humanas como si fueran pollos, con el único objetivo de hacer la puñetera gracia.
Te quedas frito en la ofi y tus compis, que son majísimos, aprovechan para gastarte una pequeña y entrañable bromilla. ¿La pillas?
La culpa la tienes tú, por compartir piso con un puto friki de Star Wars.
El bromazo no tendría tanta guasa si no fuera porque los muy gamberros han usado pegamento industrial Loctite.
El fotón del colega en coma etílico con el culo al aire es un clásico, que el genial autor de esta foto ha innovado a golpe de cuchilla y rotulador.
Es mucho más divertido estar de juerga si un compadre drogado hace de lámpara. ¡Dónde va a parar!
¿Es un político de Ciudadanos? ¿Un repostero loco? ¿Al Pacino en Scarface? No. Solo otro pobre infeliz que se quedó frito cerca de malas personas.
*Con información y fotos del Daily Mirror, KnewsCorp, Shamings.com, Cavemancircus, Tonterías.com, Drunk Abroad y la internet in yeneral.
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