En el momento de escribir este post llevamos toda la tarde oyendo el rumor de que esto puede ser una gran tomadura de pelo:

Y digo tomadura de pelo porque una broma es ponerte dentífrico en la mano mientras duermes o, según mi amigo Edu, quemarle la cosecha a los del pueblo vecino. Desde que se dejó barba, tiene un sentido del humor muy vikingo, mi amigo Edu.

Según los mentideros digitales, valga la redundancia e incluido el foro de la noticia en esta misma web, todo habría sido urdido por el equipo de Jordi Évole en el programa Salvados. Ni en La Sexta ni en El Terrat me confirman ni me desmienten. Que deben estar todos mirándose los unos a los otros en plan: "no habrás sido tú, ¿no?". En la agencia Atlas me aseguran que sí, que es mentira, que se lo han dicho "fuentes de absoluta fiabilidad de la cadena de la competencia".

Yo espero que no sea cosa de Salvados porque no la encuentro graciosa ni provocadora. Cuando colaron a una pareja en El diario de Patricia, sí lo encontré gracioso, aunque nunca tuve claro que demostraba aquel hecho. ¿Que no todo lo que sale en la tele es verdad? Ya lo sabemos; hemos visto a miles de políticos hablando ante las cámaras.

El ritmo de producción obliga y muchas veces no hay tiempo a hacer todas las comprobaciones que el rigor exigiría. Y tanto en el caso de los invitados a los talk shows como en asuntos como este de la lotería, los periodistas o redactores no cuentan con otra fuente que la primaria, que es precisamente la implicada. Si nos la cuela, nos la ha colado. Es como si vas al médico y le dices que te duele el brazo, aunque no te duela nada. El tiempo y el dinero que se invierte en ti y en tu ego son exclusivamente responsabilidad tuya, no del pobre doctor que hace lo que puede por curar tu dolencia ficticia.

Y luego dicen que no hace falta Educación para la Ciudadanía.