Mi televisión y otros animales

Telecinco, las mamachicho y el condensador de fluzo

Hace unas semanas, algún ejecutivo de Telecinco miró las descendentes cifras de audiencia y se apresuró a ir diciendo a todo el mundo que lo mejor está por llegar. Es una táctica como cualquier otra para evitar el paro. Los hay que prefieren hacer bien su trabajo, pero eso no es ninguna garantía. El ejecutivo optó por la "estrategia los cuarenta principales", que consiste en repetir algo tantas veces hasta que empiece a sonarle bien a todo el mundo. Incluso se convirtió en cortinilla de la cadena:

Pongo la de Jesús por coherencia: él se va a librar de La guerra de los sesos

Empezamos a creer que a lo mejor había algo de verdad cuando Vasile dijo que la telebasura había muerto: "El corazón agresivo ha muerto, ha cambiado el gusto del público". Y si alguien podía hacer esa afirmación era un jefazo de Telecinco; es como si mi compañera de piso os dice que he muerto: os lo creéis, porque de todo el mundo, ella es la que mejor lo puede saber.

Como hacía un año que habían matado al Tomate, nos lo creímos. También nos creímos que no había crisis y que España podría entrar en el G8, así que muy fiables no somos, no. Y mientras  las cortinillas seguían mostrando el optimismo de la cadena con el futuro, Telecinco no paraba de bajar en audiencias.

Entonces volvió Sardá, que también tiene vídeo de esos de "lo mejor está por llegar". El futuro se parecía terriblemente al pasado, pero con aquello de que el tiempo no es lineal, sino simultáneo, dudamos pero poco. A lo mejor Crónicas marcianas coexiste en varios momentos del continuo espacio-tiempo. Yo tampoco entiendo esto, así que no me echen la culpa.

Ya hemos comentado alguna vez la ley no escrita de la televisión que dice que el que manda en la tarde, lidera en la audiencia. Algo así como "una franja para dominarlas a todas". Telecinco seguía cayendo y, para sorpresa de algún ejecutivo y alivio de Jesús Vázquez, La guerra de sesos fue un fracaso. En una reunión de análisis rutinaria en la que se buscaba una solución, un programador puesto en la picota pedía auxilio a su secretaria por el bluetooth: "Sálvame", dijo.

Y así los demás entendieron que el late night de Jorge Javier Vázquez era la única forma de que lo mejor estuviera por llegar: buscándolo en el pasado y poniéndolo en el lugar que nunca debería haber abandonado, según la cuenta de resultados: la sobremesa. De aquí el condensador de fluzo del título, no crean que voy a profundizar más.

Por mucho que lo dijera Vasile, en Telecinco no acaban de creerse que se haya acabado un ciclo. Desconfían en la capacidad del espectador para evolucionar y ni siquiera son conscientes del relevo generacional. No es sólo que los gustos cambien, es que también son diferentes las personas que se sitúan frente al televisor o la pantalla del ordenador. O tal vez  el equipo directivo de la cadena el que ya no da más de sí y es el momento para pasar el testigo.

O eso o, puestos, retroceder un poquito más y recuperar a las mamachicho (y de aquí la última parte del título). Alguno dirá que denigran a la mujer. No lo niego, pero mientras Berlusconi conserve una cuota de poder, también es una buena forma de empezar una carrera política.

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