Mi televisión y otros animales

Si Aragonés aletea, un picoleto pierde el curro

Asumo con la productora Grupo Ganga el compromiso de dejar de recomendar sus series. Cada vez que he vendido bien uno de sus productos, no nos ha durado en antena más de tres semanas. Hasta ahora se ha cumplido con Guante blanco y con UCO. Creo que Imanol Arias y Ana Duato ya están organizando turnos para que no pueda ver y comentar Cuéntame.

En su momento hablamos de los motivos de la caída en desgracia de un formato mucho más que digno como Guante blanco, ajenos a la producción en sí. La Unidad Central Operativa de Miguel Ángel Solá, sin embargo, no sólo tenía que enfrentarse a los malos de su serie, sino también a los malos de Nueva Zelanda. Porque mira que son malos jugando al fúmbol.

La teoría del caos apunta que el batir de las alas de una mariposa puede llegar a desencadenar un tornado al otro extremo del mundo. Extrapolando, si Aragonés hace un buen trabajo con la selección española, Solá se va al paro. Porque fue Luis quien condujo a la roja a ser campeona de Europa (por lo que sea, me imagino a la Pasionaria levantando un trofeo en un estadio). Con ese triunfo, colocó a Del Bosque en la senda hacia la Copa Confederaciones y a Telecinco en la puja por los derechos televisivos. Y con lo bien que va el fútbol en la tele, La 1 no se puede permitir ni un mínimo traspiés para no perder el liderazgo de audiencias en junio. No vaya a ser que a Zapatero le estalle en las narices parlamentarias la reforma de la financiación de RTVE y sigan teniendo que vender anuncios.

UCO no se retira por falta de calidad, sino por falta de audiencia. Y, como pecado más grave, por falta de audiencia en la noche de los jueves, tradicionalmente feudo de TVE. Claro, con artillería pesada como es Cuéntame y, sorpresa, Águila Roja.

Tampoco hay que rasgarse las vestiduras. El ninja de la villa y corte se hacía cuotas del pantalla del 25% sin despeinarse y el bueno del capitán Sierra cayó por debajo de los diez puntos en su última emisión. Una cosa es ser servicio público y otra es ser idiotas, hasta ahí estamos de acuerdo.

Lo que rechina bastante es que la sustituta elegida sea una clara toma de posiciones por la industria audiovisual española, un estandarte del gusto cinéfilo patrio. Vamos, que nos van a cascar Pretty Woman, que da igual cuantas veces la pongan, no baja del veinte. Un fenómeno sólo comparable al de los episodios especiales de Halloween de Los Simpson.

Y a pesar de todo, les aseguro que no envidio al departamento de programación de TVE con la que le va a caer los próximos meses.

Bueno, un poco sí. Que son funcionarios y, si quieren, les conceden hipotecas.

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