Mi televisión y otros animales

Héroes, villanos, todos quieren ser los campeones

Como soy fan de Héroes (o Heroes, para los que la vemos en versión original), me he ido a Estados Unidos sólo para poder ver el estreno de la tercera temporada. Así soy yo.

Soy de los pocos que no se sintió decepcionado por el volumen 2 de la serie. Visto en perspectiva, quizá flojeara un poco respecto al primero, pero se perdonaba por toda la trama de Hiro en el Japón medieval y porque seguía habiendo algo de fresco y diferente en el acercamiento a las aventuras de unos cuantos tipos con habilidades especiales, vulgo superpoderes.

Y hablando de gente especial, abro un paréntesis para que veais una foto de Milo Piterpetreli Ventimiglia en su visita a las tropas americanas en Oriente Medio, cual Marilyn con cara de seriote. Desde aquí pregunto: ¿Era necesario? Juzguen ustedes.

Milo Ventimiglia

Milo posa con su nuevo amigo, convecido de que algún día le enseñarán esta foto en un juzgado

Volviendo a la serie, creo que una de las cosas por las que funciona Heroes es porque supuso un nuevo giro (Nakamura) de tuerca en el género. Bebe mucho de La Patrulla-X (X-Men), pero rompe en muchos sentidos con la tradición de las pandillas de superhéroes. No hay una organización del equipo, no hay un cuartel general hipertecnificado del grupo... ¡qué diablos! ¡Ni siquiera hay grupo!

Lo bueno de Villanos (el volumen 3 de la serie) es que todo eso se mantiene. Lo malo es que no evoluciona mucho más allá. Cuando en los dos primeros capítulos de la nueva temporada volvimos a ver el futuro, con sus dosis de catastrofismo y apocalipsis habituales, tuve una aburrida sensación de dejà vu. Es como si la única forma que tuvieran los guionistas de demostrar el peligro y crear tensión es mostrarnos lo que ocurrirá si los protagonistas fallan en su tarea. ¡Pero si son superhéroes, por el amor de Stan Lee! Sabemos lo que está en juego: "Salva a la animadora, salva el mundo". Nadie piensa que se trate de mejorar las ventas de la prensa diaria española.

Otra cosa que empieza a parecer forzada (heredada de los mutantes de La Patrulla-X) son los vínculos que se van entretejiendo entre los personajes. Ya veréis qué sorpresa, ya. Pero esto son manías mías y la serie sólo es coherente con uno de sus lemas: "todo está conectado".

Y ahora que os he hundido, os refloto. El primer capítulo empieza con muchísima fuerza; recordad en qué punto habíamos dejado la serie. La subtrama de Hiro y Ando es, como siempre, la mejor de largo. Pathos heroico combinado con el divertimento propio de la fantasía de superhéroes. Que al final es de lo que va todo esto, ¿no?

Por el título del volumen, os imaginaréis que no es un todos contra Sylar otra vez, lo cual también me produce bastante interés. Además, que no es tan mal tipo. Ni tan buenos los que conocíamos hasta ahora. A ver qué consiguen tirando de este cabo, que es de donde pueden sacar las cosas más interesantes.

Para muchos, de todas formas, la mejor noticia es que se han quitado de encima algunos personajes más bien cansinos. Seguro que los fans de la serie sabéis a quiénes me refiero.

Con menos entusiasmo que los años anteriores, le voy a dar un buen margen de crédito a esta tercera temporada de Heroes. Y si no me convence, tomaré la radical decisión de seguir viéndola por inercia. Así soy yo.

El resto del día lo voy a dedicar a esperar con impaciencia, ilusión y escepticismo el estreno de Plutón BRB Nero. ¿Quién trae los panchitos?

Foto vía Pizquita.

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