Mi televisión y otros animales

El doctor Mateo reforma por sorpresa la casa de GH

Será mejor que no vuelva a repetir estos experimentos de comentar tres estrenos a la vez. Me siento como Zach Morris teniendo varias citas a la vez, pero sin las mechas. Visto así, tengo ventaja.

Empiezo la noche en Cuatro, con el preestreno de Reforma sorpresa. En primer lugar, ¿qué significa "preestreno" cuando lo ve todo el mundo? ¿Vale decir eso en El tajo sajón?

- Tenga, le devuelvo el traje sin estrenar.

- Pero... pero... ¡si lo lleva puesto!

- Ya, pero es un preestreno.

- Ah, bueno, entonces sí.

Por lo demás, en casa nos planteábamos llamar al programa. Sobre todo la chica que me oye roncar cuando dije que no se preocupara, que el despacho lo pinto yo (¡cualquier excusa para pedir el paint runner!). Pero no, oiga. La mitad del programa solucionando problemas al grito de: "no llegamos, así que pinta por encima" nos convenció. Lo bueno es que eso demuestra que tienen auténticos profesionales del gremio en el equipo. Y la ilusión que le hará a la señora que llevaba cuarenta años sin cambiar el salón porque no tenía dinero, cuando se le empiece a caer el techo a cachitos. Seguro que esto es cosa del Plan E.

El segundo motivo es el decorador. Por atizar dos habitaciones de Ikea en la casa de una señora de 71 años (el resto del piso se quedó con sus tapetitos de ganchillo). Por cosas del tipo "no vuelvas a decir "problema". Di "situación"". Por salir con la hija de la sorprendida a comprarle a ésta un regalo y soltarle un "eso se lo compras si quieres el día de la madre, hoy no"... antes de adquirir ¡una vela!

 Reforma sorpresa

 En cuanto se quite el de azul, soltáis la bola (Foto: Cuatro)

Por lo demás, espero que este episodio haya sido atípico, porque ese ritmo tan agobiante es el antisiesta. El horario de sobremesa pide algo más tipo Bricogarden que un episodio de 24, con Jack Bauer contratista. Me gusta este concepto, por cierto.

Con la señora explorando la nueva república de su casa, salto a Doctor Mateo. Un valor seguro. La verdad, poco que añadir a lo que comenté en el estreno de la serie. Como mucho, que han mejorado el "asturianismo" de los personajes, con lo que mis padres tienen menos de lo que quejarse. Esto no sé si es bueno o malo.

Guiones inteligentes, humor, ternura, grandes actores (casi todos) y una gran ambientación. Da la impresión de que es un producto muy cuidado, muy mimado. Aunque no vengan a revolucionar la industria audiovisual española, necesitamos más series como ésta. Quizá por eso mismo.

Acabo la noche sintiéndome muy mal. Porque en Gran Hermano explican unas normas que no entiendo. Es muy duro sospechar que los concursantes de Guadalix me sacan algún tipo de ventaja intelectual en algo. Es que este año unos espían a otros y ocultan secretos y... y en el fondo sospecho que no lo he entendido porque me importa un pimiento. Y van once.

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