Mi televisión y otros animales

Ciencia-ficción y series de sobremesa

Este lunes hemos estrenado semana a la vez que dos series que traen a España un género tan poco habitual en nuestro país como es la ciencia-ficción. ¡Y una de ellas es un serial diario, nada menos!

Ahora es cuando yo hago como que me dicen que no y finjo sorpresa. ¡Qué predecible me vuelvo, por el amor de los Power Rangers!

Los estrenos que rozan los argumentos de lo increíble son Los exitosos Pells y 90-60-90. Me explico: cualquiera que haya pasado por un informativo de televisión en esta bella realidad plurinacional nuestra, habrá limpiado hoy el suelo con los pelos de la perilla al ver presentadores de noticias bebiendo agua de a 750 euros la botella. Que una vez Pepe Ribagorda trajo jamón del bueno cuando se fue del Telediario Fin de Semana, pero no es lo mismo. Sin mencionar los besos en directo de la pareja de bustos parlantes o algo que no pasaría ni por la mente de Philip K. Dick, ahíto de psicotrópicos, pasando la gripe A durante una aparición mariana: otras cadenas cubriendo noticias sobre estrellas de una televisión rival. Noticias que no les arrastran por el fango, se entiende.

Por lo demás, Cuatro ha reeditado el estilo de Yo soy Bea y demás seriales melodramáticos con carga humorística (léase Lalola, y el resto de encarnaciones de Betty, incluida la Missiego). Esto significa amores más o menos imposibles, personajes exagerados, interpretaciones esperpénticas (a veces para esconder carencias actorales) y mucho colorinchi. Si alguien se incorpora aquí al post, que sepa que no hablamos de los Pokemon. ¡Empiece a leer desde arriba, no me sea!

El arranque derrapó por lo increíble pero el público tampoco pide un Los Soprano para la hora de la siesta. Funcionará para los que quieran ficción, un poco más refinada que en Salvamé y robará audiencia joven a Amar en tiempos revueltos. Fíjense lo que les digo: si Estados alterados asumiera con todas sus consecuencias su naturaleza de serial, funcionaría mejor. Saber y ganar, también.

La ciencia-ficción saltó luego a Antena 3 (¿aires de fusión?) con 90-60-90, título que de alguna forma debe hacer referencia a la duración del primer capítulo. Ahora entiendo lo que sienten las parejas no iniciadas de los fans de El señor de los anillos.

Como yo creo que es moda cualquier cosa que no salga de un rastro, el retrato de ese mundillo en la serie me parece tan irreal como cualquier modelo de Victoria's Secret. Quiero decir que a lo mejor es un dibujo mucho más fiel que el de Betty, pero yo no lo compro.

Así que la historia de amor, ni les cuento.

Y estoy dispuesto a darle un puñetazo en la nariz a cualquiera que mencione a Lolita. He escrito.

90-60-90

¡Pagafantas! (Foto: Antena 3)

La pobre chica protagonista sería mejor modelo que actriz, si no fuera porque como modelo también va justita y el pobre Jesús Olmedo no tiene un gran personaje que defender, así que ahí se queda. Los diálogos entre ambos parecen descartes de el manual de ligar de Anakin Skywalker y como ni siquiera cabe jugar al morbo de la tensión sexual no resuelta (por aquello del "no"), los guionistas tendrán que ser unos auténticos fieras para salir del punto muerto en el que deja a la serie el primer capítulo.

Lo mejor es Nadia de Santiago, como actriz y como subtrama. Esta chica, que ya tiene un goya donde sea que se guardan los goya estuvo propuesta al goya, algo que, créanlo o no, es algo bueno, interpreta a la hija del asaltacunas protagonista y se come con patatas a cualquiera que se le ponga por delante. Su arco argumental, siendo otra historia de adolescentes, tiene un puntín más de interés. Pero justito, ¿eh?

En resumen, Antena 3 ha hecho un serial de sobremesa y nos lo ha colado en el prime time. O grabó una serie para tirar el verano y alguien patinó y acabó en la temporada.

Estoy deseando ver las audiencias para ver cuánto me equivocó. Porque desde Julio Verne, no quedan visionarios en esto de la ciencia-ficción.

No, Pedro Jota: no quedan.

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