Mi televisión y otros animales

There's no business like show-business

Quizá ustedes recuerden como yo una época pretérita en la que las cosas, para ser verdaderas, no salían en la Wikipedia, sino en la tele. En aquellos años se acuñó la inscripción "Anunciado en TV" que garantizaba el éxito en cualquier bazar o tienda de discos si hablamos del Boom en sus distintas ediciones. Las nuevas generaciones que vienen pisando fuerte (especialmente a algunos de sus profesores, Espe no lo quiera) responderían a tal rótulo con un: "a mí, mientras no me lo diga una galletita de la suerte...".

Esta reflexión me viene al hilo de los espectaculares resultados de audiencia del último episodio de Gran Hermano. Unas cuotas alcanzadas gracias a un concursante que decidió amenazar a otro, a la sazón, mujer y mayor. Horas después, Ana Rosa alababa la reacción de la dirección del reality, que había expulsado al presunto aspirante a maltratador (Teléfono de ayuda a las víctimas: 016). Desde aquí, les felicitamos también por una ética tan intachable y les animamos para que en próximas ocasiones no tarden varios días en ponerla en marcha. Que la gente es muy mala y va a pensar que lo hacen por la audiencia.

 Gonzalo de GH

El nuevo Dexter, mírenlo. Ains, lastimica...

Los mismos malpensados que creerán que Risto Mejide y Telecinco se inventan las polémicas con otros trabajadores de la casa. Después de los fotomontajes de Curry Valenzuela con cuerpo de actriz porno y De la Vega como Terminator y de llamar de todo a todo el mundo, ¿el gran escándalo es comparar a Ana Rosa Quintana con Hello Kitty? ¿Es Lydia Lozano uno de los 20 personajes más controvertidos de la actualidad? Lo de Ana Rosa sí, que ha salido en YouTube.

Podría seguir por mencionar el tinglado de Mujeres y hombres y viceversa o dar el salto y comentar la parrilla de Antena 3 (con la poco sutil diferencia de la audiencia de unos y otros), pero no lo voy a hacer porque respeto su tiempo. No porque haya quedado a comer y llegue tarde. Para nada. Lo que me gustaría saber es si los millones de espectadores que tienen todos estos programas creen que están viendo "realidad" o si todo el mundo es muy listo y se lo miran como quién, Ricky Gervais me perdone, ve un falso documental a lo The office. Porque o somos muy listos, o somos muy tontos. Los informativos de casi todas las cadenas me hacen decantarme peligrosamente hacia una de ambas opciones.

Lo peor es que con todo esto se me han revalorizado las acciones de Telecinco una barbaridad. No sé si gastárme la pasta en deuvedés o en un billete para Reikiavik. ¡Y, maldita sea, no me gusta el pez!

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