Mi televisión y otros animales

Seis nombres, tres personas y un liderazgo

Simplificando mucho, Telecinco ha ganado la batalla de la audiencia en septiembre gracias a seis nombres: Ana, Belén, Rosa, Javier, Esteban y Jorge. Curiosamente, corresponden sólo a tres personas y no los ordeno porque me lo tengo prohibido.

Debería de ser curioso que el mes que más palos le hemos metido a la cadena, sea precisamente en el que recupera el liderazgo. ¿Alguien que me lo explique? ¿En qué otro campo de la vida real es tan rentable el que hablen de ti aunque sea mal? He escrito de la vida real, así que no me vengan con políticas.

Triunfa la no-televisión. Los saloncitos de Ana Rosa, el ágora (con perdón) de Mujeres y hombres y viceversa y el circo de Jorge Javier tienen menos lenguaje televisivo que variedad léxica, no sé si me entienden. También triunfa la coherencia, la asunción de que puestos a hacer basura, se hace pero bien, la conciencia de que revolcándose en ella se deja de percibir el olor, en lugar de la hipocresía de taparse la nariz. Antena 3 me recuerda al capitán Renault con su escandalizada acusación a Rick de que en su café se juega, mientras recoge sus ganancias. Tiene más gracia visto en la película. Que en Antena 3, digo.

Pedante me pongo a veces, oiga

Mientras, La 2 vuelve a un mínimo histórico de audiencias. Normal. La segunda cadena pública se ha convertido en un canal temático sin temática, el refugio de garrafón para los sibaritas de la cultura en televisión. Que si es por salir del paso, te aprietas un segoviano con cola, pero si te lo puedes permitir, será mejor un escocés bien envejecido y sin aportes de las colonias. Ni de las que eran inglesas, ni de la se pone uno por el cuello.

El declive de La 2 tiene una explicación más allá de sus propios contenidos. Por ejemplo, ¿saben ustedes qué han programado hoy para la segunda cadena en el prime time?

Pues eso.

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