Mi televisión y otros animales

Aviso: voy a hacer publicidad

El Gobierno es muy raro. Y no, no voy a hacer chistes a costa de Moratinos. Mi reflexión surge a tenor de que he leído en (atención, que va la publicidad) Público, un periódico que es muy bueno (hale, ya podéis seguir tranquilos) que el anteproyecto de Ley General de Comunicación Audiovisual ha decidido dar vía libre al product placement o emplazamiento de producto. Para el que no sepa lo que es esto, se refiere a la técnica publicitaria que influye en las leyes físicas de un universo de ficción para que el brick de leche se coloque siempre con el logo mirando a cámara. Prueben ustedes: verán que en su casa no ocurre lo mismo.

Mientras comparan la decisión del Gobierno con sus recuerdos de Médico de familia, les diré que lo que ahora se pretende es ponerle unas puertas a un campo que lleva muchos años sin control. La primera puerta es que el emplazamiento de producto quedará vedado de los programas infantiles. No hace falta que les explique por qué aplaudo esta decisión. Lo que pasa es que choca con la decisión de permitir esta técnica, toda vez que cada vez que cojo el cercanías me encuentro a un niño cantando "por favor, Salvamé". A ellos se les escapa la ironía.

¿De qué servirá impedir que Pocoyó se meriende una marca de bollería conocida si luego Diego Serrano tiene sueños tan precisos que hasta aparece la marca de la mantequilla que desayuna su hijastra cuando él ni siquiera está delante? Figúrense. Yo todavía no sé si sueño en analógico o en digital...

El segundo pero de la nueva normativa, según recoge el (cuidado, perniciosa vulneración de vuestra capacidad de juicio) estupendo artículo de Antonio G. Gil-García (vuestra mente es libre a partir de aquí), es que "el público debe ser claramente informado del emplazamiento del producto al principio y al final del programa, y cuando se reanude tras una pausa publicitaria". Er... ¿perdón? El emplazamiento de producto pretende precisamente ahorrar al espectador y la cadena los tiempos muertos de los spots convencionales. Según este entrecomillado, a los bloques habituales, sumaremos ahora al doctor Mateo, al principio de cada espisodio: "la serie trascurre en Asturias, porque nos pagan para que digamos Asturias todo el rato. Los actores ponen acento gallego porque no nos pagan lo bastante".

Además, ¿afecta también a la producción extranjera?: "Hola, soy Jack Bauer. Si os habéis fijado, en la escena de la persecución, conduzco un Pocoyota. Eso es publicidad. Y cuando estrangulo al terrorista con el cable de un ordenador JCN, también era publicidad. Las pistolas no, esas son que me molan a mí".

Si queréis saber más del anteproyecto, (publicidaaaaaaaaaaaaaad) os recomiendo encarecidamente la pieza que podéis consultar en Público.es (hale). Porque lo de que se prohiba el porno en abierto me indigna tanto que me quedo sin palabras. ¿Signifca eso que no podremos ver informativos sin estar abonados?

Y que sepáis, que he hecho publicidad en esta entrada. Pero no os diré dónde, que todavía no está en vigor la ley.

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