Todo es posible

Los platos rotos

Me fastidia oír que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora estamos pagando las consecuencias. Y como en todas partes lo repiten sin cesar, estoy muy fastidiada. Imagino la indignación que habrán sentido los diez millones de ciudadanos griegos al escuchar que el vicepresidente de su actual Gobierno, el socialista Theodoros Pangalos, les acusa de haber robado al Estado, gastando más de lo que podían ganar, así que les pide que asuman sus responsabilidades.

Vivía por encima de sus posibilidades, al parecer, quien se dejaba seducir por los cantos de sirena de las entidades financieras para hipotecarse la mitad de su vida, quien compraba en cómodos plazos o quien tiraba de tarjeta de crédito cuando no podía estirar su salario hasta fin de mes. Y los trabajadores que asumían mansamente una prejubilación o un despido debidamente indemnizado. Y los parados que intentaban prolongar el subsidio por desempleo. También los funcionarios de cualquier administración que aceptaban sin rechistar las sucesivas subidas salariales por encima de su productividad. Todos ellos han contribuido a sobredimensionar el sector público y a aumentar el déficit del Estado. Han vivido de un sistema que tenía goteras por todas partes, así que se han ganado a pulso el plan de ajuste. Suya es la responsabilidad de haber elegido a unos políticos que no han sabido administrarlos y han conducido al país al borde de la bancarrota. Por eso dice Pangalos que no busquen chivos expiatorios y paguen los platos rotos. Lo último que nos faltaba por oír.

Más Noticias