Todo es posible

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Es evidente que no me he educado en un mundo digital, porque nací en tiempos de la Olivetti Lettera 32, pero celebro estar metida de lleno en este nuevo combate online de apoyo a Wikileaks. Se plantea, en principio, una rebelión pacífica y solidaria. Es el único movimiento de resistencia en el que todos los agraciados del mundo podemos participar. Las otras técnicas de protesta frente a los abusos del poder han sido inevitables, y es probable que lo sigan siendo, pero tienen el inconveniente de provocar víctimas ajenas al conflicto y daños colaterales no deseados. Los insurgentes y los huelguistas, la mayoría de las veces, son reprimidos con violencia.

Para frenar el recorte de derechos laborales, los franceses han practicado recientemente algunos métodos imaginativos de insumisión pacífica, tales como ocupar las oficinas de empleo, paralizar el tráfico ferroviario, liberar autopistas del pago del peaje o invadir hoteles y restaurantes de lujo, pero han tenido que ejercer, como mínimo, cierta presión contra otros trabajadores. Además, una vez pasada la tormenta, son ninguneados estadísticamente por el poder político, lo cual impide el logro de sus reivindicaciones.
Wikileaks pretende recoger un millón de firmas para publicar anuncios en la prensa estadounidense y lo importante es la motivación que te lleva a apoyar su iniciativa con un simple clic en la web. Ojalá este gesto, pacífico e incruento, sea eficaz para defender la transparencia y la libertad de expresión, que es el objetivo principal de esta batalla.

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