Trabajar cansa

Señores vigilantes: gracias por cuidarnos

        

Me propuse escribir un artículo sobre la pornografía infantil en Internet, sorprendido por la cantidad de detenciones de internautas pedófilos. Pero no he podido documentarme. Pensaba investigar durante el fin de semana, rastrear la red para averiguar cómo se distribuye, si es fácil acceder a ella, si es de pago o gratis, cómo se disfraza. No quería ver videos guarros, me bastaba localizar los portales donde se ofrece, y ver qué tipo de fauna los frecuenta.

Pero cuando iba a teclear en google "pornografía infantil" me lo pensé mejor. Soy muy paranoico, y siempre pienso que al otro lado de la línea ADSL hay un guardia civil vigilando el uso que hago de mi conexión, por si me descargo canciones o aprendo a fabricar bombas. Pensé que si hacía una búsqueda sobre "pornografía infantil" ya me convertiría en sospechoso. Dejaría rastro en algún sitio, cookies, IP y cosas así. Y cuando vinieran a detenerme, no valdría decir "no es lo que parece, agente, sólo estaba documentándome para un artículo". Ya, claro, la típica excusa de todos los pederastas.

Pensé otros términos de búsqueda, pero ya no me quitaba el susto: imposible teclear "niñas", "lolitas" o "menores". Cualquier paso que diese me conducía al momento en que me sacarían esposado de casa y aparecería mi nombre en los periódicos bajo la acusación de pedófilo. Incluso aunque todo se aclarase después, el daño ya estaría hecho.

Paranoias aparte, lo cierto es que todos asumimos que nuestros pasos por Internet dejan huella y que, aunque los delincuentes siempre van un paso por delante, las autoridades han desarrollado formas de control cada vez más avanzadas. Asumimos que, con la excusa de protegernos, nuestra vida está muy vigilada. Miren al jeta que se fue sin pagar del restaurante de Adrià: lo encontraron porque sacó dinero de un cajero, lo que dejó una huella electrónica, y además fue grabado por la cámara del banco. De acuerdo, así atrapan a los terroristas y a los pedófilos, y encuentran a los desaparecidos, pero ¿nos sentimos más seguros siendo menos libres?

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