Trabajar cansa

Rusia siempre es culpable

        

"Hay que conseguir que no se use el petróleo ni el gas como arma política" -Javier Solana, Alto Representante de la UE-

      

Hay que ver qué malos son los rusos. No contentos con todas las barrabasadas que nos han hecho durante siglos, ahora nos quieren dejar congelados. "Rusia cierra el grifo a Europa", "Rusia corta el gas a los europeos", "Europa se congela sin el gas ruso". Así titulan nuestros medios, siempre deseosos de reeditar la vieja viñeta del oso ruso con sus zarpas sobre el continente.

¿Se imaginan que en vez de rusófobos fuésemos rusófilos? Entonces tal vez diríamos "Ucrania utiliza el frío de los europeos para negociar con Rusia", o "Los europeos, rehenes de Ucrania en su disputa con Rusia". Es otra forma –tan parcial como la anterior- de ver un conflicto donde se mezclan los intereses estratégicos de ambos países, la disputa por el precio del gas, una enorme deuda pendiente, acusaciones mutuas, y la situación financiera de las empresas implicadas.

Y no sólo eso: están también el miedo de una Europa cada vez más dependiente de las importaciones energéticas, las maniobras para buscar gaseoductos y suministradores alternativos, y en definitiva la lucha por los recursos del antiguo espacio soviético. Ahí es nada.

Pero para qué perdernos en complejidades. Siempre es más fácil decir: Rusia es culpable. Ahora y siempre. Lo sabe bien Ucrania, que ha conseguido implicar en su disputa comercial a la Unión Europea, a su vez presionada por la amenaza del desabastecimiento.

Ah, claro, me olvidaba del imperialismo ruso. Es verdad, es horrible que Rusia defienda sus intereses y use sus recursos energéticos como arma política. No como el resto de generosos países, que jamás mezclan política y negocios. 

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