Trabajar cansa

Este año no habrá revolución

           

"Si los bancos deciden mantener su política de dividendos es una decisión bajo su responsabilidad. Sólo podemos respetarla" -David Vegara, Secretario de Estado de Economía-

               

Hace tres años, tres autores ocultos bajo el nombre de Colectivo Todoazen publicaron un libro titulado El año que tampoco hicimos la revolución. El texto recogía recortes de prensa donde mezclaban –de forma demagógica, dirán los de siempre- noticias sobre escándalos financieros y beneficios empresariales igualmente escandalosos, junto a otras sobre la precariedad laboral y vital de la mayoría.

El sentido del libro se resumía en la contracubierta: "¿cómo puede ser que en un año en que los beneficios empresariales se acercaron al 25% y los salarios apenas crecieron un 3% no haya explotado la revolución social?" Eran los años de vacas gordas, y el libro revelaba "la catadura económica de nuestro tiempo".

Tres años después, en plena crisis, la pregunta aún es pertinente. Los bancos siguen ganando dinero, aunque menos que entonces, claro. Estos días se suceden las recomendaciones a la banca para que no exhiba sus ganancias, las destine a provisiones, o al menos reparta con discreción.

Sería insultante que mientras muchos las pasan canutas y el gobierno destina miles de millones a sostener las entidades financieras, sin que éstas abran el grifo de los créditos, apareciese mañana un banquero anunciando el reparto de dividendos millonarios entre sus accionistas. Hace sólo tres meses el presidente del Santander, orgulloso, mantenía la previsión de 10.000 millones de beneficio para 2008. ¿Se lo pensará ahora dos veces antes de presumir de ganancias?

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