Trabajar cansa

Que no cunda el pánico

                 

"De esta crisis vamos a salir. La humanidad no va a desaparecer con esta crisis" -Celestino Corbacho, ministro de Trabajo-

                 

Por fin el gobierno comienza a mandar mensajes tranquilizadores. Podemos recuperar la confianza. Poquito a poco, pero con paso firme. No sabemos hasta dónde llegará el paro, cuánto caerá la economía ni cuántos años durará, pero ya sabemos algo: que la humanidad sobrevivirá. No nos vamos a extinguir. Qué alivio.

Si en la crisis hay un componente psicológico, de pérdida de confianza, que la agrava, hasta ahora el gobierno no ha hecho mucho por tranquilizarnos, la verdad. Tras meses de negar la crisis, desde que por fin la reconocieron se han sucedido los mensajes catastrofistas. Oír a un ministro de Economía decir que nunca ha visto una crisis como ésta y que ya ha agotado las respuestas posibles; o leer a diario previsiones negativas a tres años vista, no es como para tener confianza y seguir consumiendo como si nada. Ni siquiera nos consuela que sea un problema global.

No digo que la crisis no sea gorda, pero me da la sensación de que algunos se ponen en lo peor adrede. Así, todo lo que quede por debajo de esas malas previsiones nos parecerá bueno. Si te dicen que el paro llegará al 20% y al final se queda en el 15%, será un éxito.

Pero además puede haber otra intención: asustarnos. Te vas a quedar sin trabajo, tu banco puede quebrar y fundir tus ahorros, el sistema se tambalea... Y tú, aterrorizado, ¿qué pides? Que te salven. Como sea, al precio que sea. Millones para los bancos, ajustes presupuestarios, congelación salarial, reforma laboral. Lo que haga falta, con tal de que nos salven.

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