Trabajar cansa

Lo de Madrid ya no da risa

                 

"Hay personas poderosas que pueden tener razones, aunque a mí se me escapen, para poner en marcha una operación así" -Francisco Granados, Consejero de Interior madrileño-

                    

Lo de Madrid ya no es divertido. Hasta ahora nos reíamos con las peleas entre Aguirre y Gallardón, las salidas de tono de la lideresa, o la manipulación cutre en Telemadrid. Una comedia de enredo que cada poco deparaba nuevos episodios, y con la que nos distraían para disimular el desguace de los servicios públicos.

Pero no, no tiene gracia. Cada vez menos. La lucha a colmillo por Caja Madrid, las operaciones urbanísticas sospechosas, las amistades peligrosas, y ahora esa apestosa trama de espionaje -que convierte la rivalidad pepera en puro canibalismo- nos dejan con la sonrisa congelada, con cara de tonto.

Hace una semana, tras los sucesos con porteros de discoteca, el mismo Francisco Granados decía que "el crimen organizado se ha adueñado de Madrid", y remataba su compañero González Pons comparando Madrid con el Chicago de los años treinta. Con lo que ahora sabemos, sus palabras producen escalofrío.

Pero no hace falta mirar al Chicago mafioso. Tenemos un referente más cercano: Marbella. Cada nuevo episodio confirma la marbellización de una comunidad, la madrileña, donde se ventilan grandes negocios y se maneja un enorme presupuesto público.

Cada vez huele más a podrido, pero ya verán como las ratas sobreviven otra vez. Porque en Madrid hay mucha mierda para repartir, y sabiendo además que circulan dossiers, pocos se atreven a tirar la primera piedra. Recuerden lo sucedido con los tránsfugas Tamayo y Sáez, cuando el PSOE se dejó robar el gobierno.

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