Trabajar cansa

Mi fe no es a prueba de anuncios

                          

"El problema de Dios es demasiado serio para que se dirima o se discuta en unos autobuses" -Juan José Tamayo, teólogo-

                                   

Adónde vamos a llegar. Siglos de disputas teológicas, herejías y hogueras reducidos a un eslogan gracioso sobre la chapa de un autobús urbano: "Probablemente Dios no exista. Deja de preocuparte y disfruta la vida." En vez de organizar un seminario de filósofos, o ir casa por casa convenciéndonos con argumentos racionales, van los ateos y contratan una campaña publicitaria con la empresa municipal de transporte.

Pues claro. No son tontos. Fíjense la que han montado con unos pocos anuncios. Una de las campañas más eficaces de la historia. Han conseguido protagonismo informativo, donaciones millonarias, contracampañas y, claro, llevar el debate a la calle, consiguiendo una visibilidad que hasta ahora no tenían.

Y es que la publicidad se ocupa de las cosas serias. El medio es el mensaje y todo lo que quieran, pero hace tiempo que los anuncios no sólo venden detergentes. Y si en algo creemos hoy, es en la publicidad. Nos propone modos de vida, nos adoctrina y en general nos hace el mundo más soportable, lo que no deja de ser un acto político.

Votamos orientados por la propaganda, nos concienciamos mediante campañas de sensibilización, y vamos al cine empujados por trailers que suelen ser más interesantes que la propia película. Así que, ¿por qué no vamos a cuestionar nuestras creencias con unos anuncios?

De ahí el cabreo de los obispos, que acaso temen que la fe de sus creyentes, tras resistir siglos de controversias y evidencias científicas, pueda tambalearse hoy al coger el autobús.

Más Noticias