Trabajar cansa

No se queden mirando la pierna

                          

 "Debemos sentirnos muy orgullosos de poder promover a personas tan jóvenes, con tanto futuro y que lo hacen tan bien" -José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno- 

                        

 Hace un par de semanas compartí un acto con Eduardo Madina en Córdoba. Era la primera vez que nos presentaban, y al saludarle hice lo que todos: mirarle las piernas, con disimulo, aunque seguro que se dio cuenta, ya estará acostumbrado. Mientras caminaba, yo intentaba adivinar cuál era la que ETA le arrancó, pero no se nota nada.

Uno de los mayores daños que los terroristas han hecho es ése: que todos miremos hoy la pierna de Eduardo, que lo veamos como víctima, y que sus méritos queden siempre en segundo plano frente a la contundencia de la pierna arrancada. En su caso, la invisibilidad de la herida es reflejo de su actitud, su negativa a convertir esa condición de víctima en una carga de razón.

Pasamos un par de horas charlando y descubrí a un hombre muy preparado, con un fondo cultural impropio de su edad, y muy inteligente, de una lucidez que se llevó de calle al auditorio. Nada que no sepan quienes conocen su trayectoria, sus posiciones sobre el País Vasco que tanto molestan a quienes pretenden patrimonializar a las víctimas.

Eduardo lleva cinco años en el Congreso y la convivencia con las fieras no lo ha echado a perder todavía. Me alegro mucho por su nombramiento, y aviso: este bilbaíno va a llegar muy lejos, no lo pierdan de vista. Quienes lo conocen dirán que mi vaticinio no tiene riesgo. Enhorabuena.

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