Trabajar cansa

Esas cosas sólo pasan en Irlanda

"Las escuelas funcionaban con un régimen severo que imponía una disciplina opresiva e irrazonable sobre los niños" -Conclusiones de la Comisión sobre los Abusos a Menores en Irlanda- 

                       

He leído horrorizado las noticias sobre los abusos que miles de niños sufrieron en los internados y colegios católicos irlandeses durante décadas. Tras el espanto, el siguiente sentimiento ha sido de alivio: qué suerte tenemos los españoles, que esas cosas no pasan aquí. Sólo en Irlanda. 

Frente a la brutalidad del sistema irlandés, en España el trato ha sido siempre exquisito. Quienes pasaron por orfanatos, internados y escuelas recuerdan con cariño la dulzura con que los religiosos les trataron. Todo era amabilidad, cariño, y si alguna vez se escapaba un cachete, sería porque el niño se lo había buscado. 

Y en cuanto a los abusos sexuales, nada de nada. Aquí nunca se ha visto un cura pederasta, ya digo que esas cosas sólo pasan en Irlanda. Circulan por ahí algunas historias de tocamientos rijosos, pero estoy seguro de que son infamias fabricadas por los enemigos de la santa iglesia, como esa película de Almodóvar sobre los curas que meten mano a los niños, que no hay quien se la crea; o esos cómics resentidos de Carlos Giménez que no tienen base real ninguna. 

En España estamos todos muy agradecidos a la labor de la iglesia con los pequeños. Lo están los miles de niños que salieron de aquellos centros sin trauma alguno, sólo con buenos recuerdos. Y tanto o más agradecidas están las mujeres encarceladas en la posguerra que, como saben, entregaron voluntariamente sus hijos a centros católicos para que se los cuidaran, confiadas en que los curas y monjas los educarían mejor que ellas, y les quitarían de la cabeza las tonterías políticas que llevaron a sus madres a la cárcel. 

Ya digo: qué suerte ser españoles y no irlandeses.

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