Trabajar cansa

Asterix en el Cabanyal

"Los vecinos ven en el proyecto una esperanza para que el barrio afronte el futuro con ilusión" -Miquel Domínguez, concejal del Ayuntamiento de Valencia- 

 

A la gente no hay quien la entienda. Les ofreces progreso, modernidad, y no sólo no te lo agradecen, sino que te montan una manifestación. En mi barrio, por ejemplo, el ayuntamiento quería asfaltar un pinar para plantar dos gasolineras, de ésas de ahora tan bonitas y apañadas. Y los vecinos van y se oponen. ¿Cómo vamos a progresar cuando la gente prefiere pasear por un trozo de campo antes que llenar el depósito en la puerta de casa? 

Lo de Valencia es peor todavía. Con lo bonita que están poniendo la ciudad, con tanto edificio de autor como hay, y puerto de veleros y hasta circuito de Fórmula 1, que no les falta de nada, y todavía hay vecinos que no están conformes. Vean lo que pasa en el barrio marinero del Cabanyal, donde llevan diez años en pie de guerra, con movilizaciones y recursos judiciales, para que el ayuntamiento no prolongue una avenida que se llevará por delante más de 1.600 viviendas. 

Y ellos ahí, en plan aldea gala irreductible, oponiéndose a esos nuevos Haussmann municipales que frente al barrio popular proponen una avenida ancha y rectilínea que alcance el mar. Estoy seguro de que la avenida será bien bonita, con fuentes espectaculares y farolas de diseño. Pero ni por ésas, que no, que los vecinos se niegan a las expropiaciones y piden rehabilitación en vez de demolición. 

Lo último que han hecho es ponerse a mandar cartas. Como el Supremo dice que debe ser el Ministerio de Cultura quien dictamine si se produce expolio de patrimonio histórico, han lanzado una campaña para que todos enviemos cartas a la ministra, con copia a la vicepresidenta del Gobierno. Ya saben, si ustedes también tienen espíritu de Asterix, escriban y protesten.

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