Trabajar cansa

Bucear para no mojarse

"Con tanto paro, el que quiere trabajar acepta cualquier cosa, a sabiendas de que habrá muchos dispuestos a aceptar" -Manuel Ferrer, secretario provincial de UGT Málaga- 

                

Es una vieja broma entre niños: cuando empieza a llover al borde de la piscina o del mar, siempre hay algún gracioso que propone meterse bajo el agua para no mojarse. Más o menos eso es lo que está pasando con la crisis: ante la tormenta que se avecina, muchos se han sumergido hasta que escampe. 

Si ya éramos uno de los países con más economía sumergida de Europa, con la crisis actual son cada vez más los que aguantan la respiración bajo el agua, por fría que esté, con tal de evitar el chaparrón. Los gobernantes lo saben, pero hacen la vista gorda pues la paz social se apoya también en ese carácter anfibio de nuestra economía. Si no, ya se imaginan lo que podría pasar con un 18% de paro, de no ser porque una parte de los desempleados se busca la vida en negro. 

El problema, claro, es que cuando uno bucea para no mojarse, acaba empapado, y lo más probable es que trague agua, y hasta que se ahogue si no tiene cuidado. La economía sumergida es pan duro para hoy y mucha hambre para mañana, pues supone pérdidas de derechos que pueden hacer que uno no vuelva a trabajar en seco, a la vez que vea reducida su protección presente y futura. 

Ya sé que la mayoría no se zambulle por gusto, sino porque le empujan, y además sabe de sobra que no se libra de la tormenta más que por un rato. También hay quien acepta trabajar sin contrato o por menos horas de las reales para cobrar a la vez una prestación social, lo que de paso beneficia al empresario. Nos hemos acostumbrado a tolerar este tipo de fraudes, y a aceptar que un porcentaje de dinero negro es imprescindible para que el invento aguante en pie. Y al final, acabamos todos salpicados.

Más Noticias