Trabajar cansa

¿Problemas? Serán de orden público

"La mejor manera de que los profesores transmitan esos conocimientos es que estén investidos de autoridad" -Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid- 

                      

 ¿Tenemos un problema? Pues lo convertimos en un problema de orden público, y ya verán qué pronto se arregla. Y si no se arregla, por lo menos tranquilizamos a los ciudadanos, pues las medidas de orden público son más visibles y más baratas que meterse a fondo a resolver el problema.

No digo que la propuesta de Esperanza Aguirre de dar autoridad a los profesores no tenga su parte positiva. Es algo que los docentes llevan tiempo reclamando, y que ya se ha hecho con médicos y otros funcionarios que sufren agresiones. El respeto en clase empieza por no darle de hostias al profesor, claro; pero es mucho más que una cuestión de autoridad. Vean si no lo respetuosos que fueron en Pozuelo con la policía, a la que nadie gana en autoridad.

Lo que quiero decir es que la propuesta, teniendo su lado bueno y mereciendo un debate serio, es reflejo de una actitud muy habitual en la derecha: reducir cualquier problema a un asunto de orden público, solucionable con endurecimiento del código penal, sanciones, mano dura y vigilancia.

Esa estrategia se aplica ante cualquier tema sensible: si hay problemas de convivencia en un barrio degradado, sacamos más policía a patrullar. Si aumentan las agresiones entre menores, bajamos la edad penal. Y lo mismo hacemos con la inmigración, la prostitución, el botellón, o ahora con la educación. No nos hablen de problemas sociales o económicos. Todo es una cuestión de orden público. Mano dura, y a seguir.

Cualquier día aplican la misma fórmula al problema del paro: investir de autoridad a los empresarios. Ya verán cómo se les iban a quitar las tonterías a los trabajadores, que están perdiendo el respeto a sus superiores.

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