Trabajar cansa

Broncas de distracción masiva

"Va a resultar que, de ser la tonta del PP, he pasado a ser la mala malísima que le mueve la silla a Rajoy" -Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid- 

            

Esperanza Aguirre es, reconozcámoslo, una de las políticas más visibles de este país. Día sí y día también está en la calle, inaugurando todo lo que se deje inaugurar, visitando colegios y gimnasios donde poder descalzarse, o empresas donde ponerse el casco y la bata. Y en todas las ocasiones suele hablar, rodeada de micrófonos. 

¿Y de qué habla la presidenta madrileña? Pues de lo que quiere, y de lo que le preguntan. Normalmente habla de lo que quiere, pues es experta en colar su discurso aunque no venga a cuento. Pero también contesta a las preguntas de los periodistas, que suelen tratar sobre: a)Sus relaciones con Gallardón; b)Sus relaciones con Rajoy; y c)Sus relaciones con cualquier otro dirigente popular que ese día haya opinado sobre las luchas internas del PP. 

Más o menos lo mismo le pasa al alcalde madrileño. Y si encima coinciden los dos en un acto público, para qué queremos más: todos pendientes de si se besan, si se hablan, si se sacan la lengua o si llevan tacones; así como de interpretar lo que dicen, buscando dobles sentidos y mensajes envenenados. 

No digo que no sea interesante la lucha de poder madrileña, yo mismo le he seguido el juego en esta columna más de una vez. Pero mientras todos estamos distraídos con sus mordiscos, por detrás hay dentelladas mucho más gordas de las que hablamos menos: el deterioro de la sanidad, el recorte a la escuela pública, la interminable obra madrileña, la deuda disparada, las privatizaciones, la corrupción, el despilfarro preolímpico, la situación en los barrios... 

Luego hay quien se pregunta cómo es posible que arrasen en las elecciones, con tanta gresca interna. Pues va a ser por eso.

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