Trabajar cansa

Cuando lo violento es separarse

"Las denuncias falsas son un mito interesado, y puede provocar que las mujeres se lo piensen antes de acudir a la justicia" -Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica del CGPJ-              

     

¿Es posible decir algo sobre violencia doméstica sin que te acusen de machista, negacionista y filomaltratador; o de ser parte de la "dictadura del feminismo radical"? Parece que no. Ya sabemos cómo son los debates en este país, más cuando tocan asuntos sensibles. Y éste lo es. 

¿Hay denuncias falsas de maltrato, como dice el juez Serrano? Las autoridades judiciales dicen que son insignificantes. Pero hay quien cuestiona esos datos y esgrime las muchas denuncias que acaban archivadas o en absolución. En esos casos puede haber acusación falsa, pero también falta de pruebas o astucia del acusado, sobre todo en algo como el maltrato, a veces tan difícil de demostrar como de descartar. Sin embargo las autoridades lo tienen claro, pues suelen achacar las absoluciones y archivos a la poca formación o sensibilidad de los jueces. 

En materia de violencia, y sin negar las realidades dramáticas, tengo algo claro: cada año hay miles de separaciones donde la violencia no está tanto en el hombre o la mujer como en el propio proceso de divorcio. En los casos sin acuerdo puede convertirse en una lucha brutal, donde se mezclan agravios, resentimiento, hijos e interés económico, y del que sale un ganador y un perdedor. Un cóctel explosivo, donde aflora lo peor de cada uno y se impone el juego sucio, hasta extremos impensables antes de la separación. 

¿Hay mujeres que en tales casos pueden usar la denuncia como ventaja? No lo sé, pero sé que ahí está la principal distorsión. Si las separaciones no fuesen un combate, si lo referente a los hijos o la vivienda se resolviese de otra manera, desaparecería esa distorsión, y con ella las sospechas que tanto daño hacen.

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