Trabajar cansa

Ensayo de materiales en Haití

"Al pueblo de Haití le decimos con claridad y convicción: no serán abandonados, no serán olvidados." -Barack Obama, presidente de Estados Unidos- 

               

No sé si han visto alguna vez las pruebas a que son sometidos un mueble, un juguete, una estructura o cualquier producto antes de su fabricación y uso: los llamados ensayos de materiales, por los que en laboratorio reciben sobrecargas, son doblados, golpeados, estirados, y todo tipo de perrerías para comprobar su calidad y resistencia. 

Pues los desastres naturales funcionan a la manera de esos ensayos, sirven para poner a prueba la solidez de un país. Así, un terremoto de la misma intensidad causa decenas de miles de muertos en Haití, pero sólo unas docenas en Japón o Estados Unidos. Incluso dentro de un mismo país los desastres delatan la desigualdad entre ciudades, y un huracán de fuerza cinco puede dejar miles de muertos o sólo una decena, dependiendo de si golpea Nueva Orleans o Miami. 

Un desastre natural dice mucho de una sociedad, de la preparación de sus infraestructuras y servicios para resistir, pero sobre todo para recuperarse, pues en casos como el de Haití las peores réplicas serán en forma de hambre y enfermedad. La ONU podría usar los terremotos y huracanes como un elemento más al calcular el Índice de Desarrollo Humano. Ahí está el caso de Cuba, por ejemplo, modélica ante los frecuentes ciclones, y que el día del terremoto evacuó a más de 30.000 personas en pocas horas por si había un tsunami, y a continuación mandó cientos de médicos a Haití. 

Todo ello demuestra algo que estos días se repite: que no mata tanto el terremoto como la pobreza del sitio sacudido. Y en esto Haití, tras décadas de expolio, corrupción y tutelas extranjeras, ha resultado ser un taburete de cartón sometido a una prueba de resistencia propia de sillas de hierro. Así ha quedado.

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