Trabajar cansa

Eficientes, austeros, racionales

"Ser más eficientes significa hacer más con menos. En todo se puede ser más eficiente, también en las prestaciones sociales." -Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno-

                            

El gobierno ha sacado la tijera, y todos nos hemos sobresaltado al verla brillar. ¿Por dónde va a cortar? O lo que es lo mismo: ¿cuánto nos va a doler? Por si no nos asusta bastante ver a la vicepresidenta Salgado tijera en mano, han repartido unas cuantas a las comunidades autónomas, para que cada una corte en su territorio. 

"No tengáis miedo", nos dicen, "que no os dolerá. Sólo se trata de ser más eficientes, más austeros, y racionalizar el gasto." Ah, bueno. En eso estamos todos de acuerdo, ¿verdad? Cómo no estarlo si nos lo dicen con palabras tan irreprochables: eficiencia, austeridad, racionalización. Nadie quiere ser ineficiente, ni derrochador, ni gastar irracionalmente. Y sin embargo, estamos mosqueados. 

Será que hemos desarrollado un detector contra todas esas palabras talismán que hacen más digeribles los sustos. Confiésenlo: si ustedes oyen hablar de eficiencia y austeridad en las prestaciones sociales, o de racionalizar el gasto social, están pensando en lo mismo que yo, ¿verdad? Es como cuando a los trabajadores nos hablan de flexibilidad. Cuerpo a tierra. 

La obsesión por recortar el déficit, y las vías para hacerlo, son otra muestra de que la crisis no ha cambiado nada, que sigue vigente el pensamiento único económico. Hemos vuelto a la misma ortodoxia, en Europa y en España. Los paréntesis sólo son válidos para salvar bancos y grandes industrias; en lo demás, los dogmas siguen idénticos, y lo que antes era intocable (por ejemplo, aumentar impuestos a los que más tienen) ahora tampoco se toca, de forma que resulte imposible nada que se parezca a una política económica de izquierda. 

En lo primero que se han puesto de acuerdo PP y PSOE es en recortar el gasto sanitario. Después, es de temer que vengan otras partidas sociales a las que habrá que aplicar la receta de eficiencia, austeridad y racionalización, que en la práctica no será hacer más con menos dinero, ni siquiera con el mismo; sino intentar hacer lo mismo con menos, que al final siempre es hacer menos. Y perdonen el trabalenguas.

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