Trabajar cansa

Funcionarios, no os quejéis, que vivís muy bien

"No puede permitirse que haya un colectivo privilegiado que tenga un salario público garantizado de por vida. Hay que introducir sacrificios." -Antonio Beteta, consejero madrileño de Economía-

                  

Venga, sean sinceros: ¿cuántos de ustedes lamentan el recorte de sueldo a los empleados públicos? Huy, qué pocas manos levantadas veo, y me da que la mayoría son funcionarios o familiares. Mejor no pregunto cuántos se alegran de ello, que les veo la sonrisita. 

He oído a unos cuantos dirigentes del PSOE que, para justificar la bajada de sueldos en el sector público, oponen la estabilidad laboral de los funcionarios a la inseguridad que sufre el resto de trabajadores, o directamente a los cuatro millones de parados. Ni siquiera hace falta que los llamen "privilegiados", pues ya entendemos el mensaje. Es más: no haría falta ni que dieran explicaciones; con sólo oír "funcionario" ya se nos dispara un resorte que llena nuestro cerebro de tópicos y chistes. 

No hay más que atender estos días a los oyentes que llaman a las radios, los lectores que comentan en Internet, o lo que se dice en la cola del súper, para ver la comprensión que la medida encuentra en la calle. Y es que el desprecio al funcionario está tan arraigado en este país, entre el resentimiento y el cliché, que no creo que el Gobierno tema una respuesta muy solidaria del resto de asalariados. 

Como todos, yo también conozco casos de trabajadores que se ajustan al tópico, que parecen sacados de un chiste de Forges, de ésos donde varios oficinistas miran volar las moscas. Pero son minoría, y por el contrario conozco a muchos otros de cuyo trabajo estoy muy agradecido. Sobre todo en la sanidad y la educación –que suman casi la mitad del total, aunque al decir funcionario nunca pensemos en un maestro o un médico-, pero no sólo allí. Y ni sus condiciones de trabajo ni sus sueldos son de privilegiados. Por no hablar de lo que muchos soportan por ser la cara visible ante la que el ciudadano descarga sus quejas cuando algo funciona mal. 

Que haya trabajadores en peor situación no los hace mejores, ni justifica que tengan que pagar una crisis que no es suya. Lo único que se consigue así es dividir y enfrentar a los trabajadores.

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