Trabajar cansa

Aquí hay menos libertad que en Honduras

"Para subir en la lista un país debe tener bajos impuestos, menos barreras al comercio, y confiar en los mercados más que en los procesos políticos." -Ranking de Libertad Económica en el Mundo del Cato Institute-

 

La semana pasada se presentaron dos informes sobre la situación del mundo que coincidían en dar un tirón de orejas a España. En ambos se usaba la palabra "libertad". Y hasta ahí llegan las coincidencias.

Uno de ellos hablaba de libertad, sí, pero "libertad económica". Se trata del índice que el Cato Institute, un think tank neoliberal estadounidense, elabora sobre la libertad económica en el mundo. Ya imaginan lo que entienden por tal: poco peso del Estado, desregulación, libre comercio, flexibilidad laboral, etc. Según este ranking, estamos en el puesto 39 de 141 países, en una lista que encabezan Hong Kong y Singapur, y donde estamos por detrás de algunos países de nuestro entorno, pero también de los Emiratos Árabes, Kuwait y Honduras. Según el informe hemos perdido varios puestos, somos un país menos libre. Una tragedia, ¿verdad? En España lo presentó Díaz Ferrán, y con eso está todo dicho.

El segundo informe, muy distinto al anterior, es el de Amnistía Internacional sobre el estado de los derechos humanos en el mundo. Ellos no hacen ranking, pero sí nos llaman la atención por varios asuntos, sobre todo las torturas y malos tratos policiales, con 230 denuncias el año pasado.

El retrato del mundo que hace Amnistía Internacional es muy diferente del que hace el Cato Institute. Sería interesante cruzar ambos informes para observar el contraste, y percibir la distancia que puede haber entre la libertad económica y las libertades efectivas. Así descubriríamos cuánto cuesta, en términos de derechos humanos, la preciada libertad de mercado. Algunos países están bien situados en ambos informes, pero en muchos la relación es inversa: campeones de la libertad económica que son liberticidas en todo lo que no sea mercado.

En el caso de España, hay un aspecto donde según el Cato somos especialmente enemigos de la libertad: el mercado laboral, cuya "rigidez" nos deja en los puestos bajos del ranking. Se entiende así la insistencia del FMI y compañía para que hagamos una reforma laboral. Están preocupados por nuestra libertad.

Más Noticias