Trabajar cansa

Pásame la sal, Gerardo, y dimite

"Tengo toda la autoridad moral, soy el presidente de los empresarios. No he dejado de cumplir ningún compromiso, he tenido empresas que han ido mal." -Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE-

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Hoy se anuncia drama a la hora del postre: el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha quedado para comer con sus vicepresidentes, y algunos podrían aprovechar para cuestionar su continuidad. No sabemos a quién se le atragantará el solomillo, si a Díaz Ferrán al verse sin apoyos, o a quienes tienen la papeleta de decirle lo que parece no querer oír: que debe dimitir, que su presidencia daña la imagen de los empresarios.

Todos hemos pasado por algo así, cuando tienes que comunicar algo que no va a gustar al otro: me han quedado cuatro para septiembre, papá; le he hecho un bollo al coche, cariño; estoy embarazada, mamá; he conocido a otra persona, querido; tienes que dimitir, presidente. La forma clásica, aprendida en el cine, es la de la familia desayunando y la hija adolescente que lo suelta de pasada: "Estoy embarazada, ¿me pasas la mantequilla?". Pero no sé si quedaría bien algo como "Pásame la sal, Gerardo, y dimite."

Imagino que empezarán hablando de cualquier cosa, la familia, las vacaciones, los vinos de la carta, el fútbol. Hasta que se haga un silencio y todos miren al techo, mientras por debajo se dan patadas unos a otros, habla tú, no, díselo tú.

Pueden probar a sacar el tema de forma indirecta, a ver si se da por aludido. Mediante una broma, por ejemplo: "Qué, Gerardo, ¿cómo fue la huelga en tus empresas? Ay, perdona, que no me acordaba..." Pero ya hemos visto que Ferrán se hace el sueco con ese tema. Otra opción es utilizar repetidamente la palabra maldita, ‘dimisión’: "No, ya no fumo, he dimitido del tabaco"; "He oído que Mourinho piensa dimitir"; "¿No tienen merluza? ¡Yo dimito!"

Nada, ni por ésas. Habrá que intentar decírselo con suavidad: "Gerardo, se te ve cansado, te vendrían bien unas vacaciones...", "No sabemos cómo agradecerte todo lo que has hecho...". Porque claro, es duro soltarle lo que todos pensamos: que es impresentable que un empresario que ha arruinado varias empresas, ha dejado sin trabajo y sin cobrar a cientos de trabajadores, y se ha escaqueado dejándole el muerto a otro, siga al frente de la patronal.

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