Trabajar cansa

¿Hay algún zombi entre nosotros?

"La banca debe ser transparente en su exposición al sector inmobiliario. Lo contrario sólo sirve para dibujar un panorama peor que la realidad." -Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España-

.

No sé ustedes, pero yo ya estoy aburrido de la moda zombi. Aunque nunca me han apasionado, puedo reconocer que el muerto viviente tiene su gracia; pero ya se están pasando: películas, series, novelas (hasta remakes de clásicos), videojuegos, porno zombi, Día del Orgullo Zombi, webs donde metes tu foto y te ves cara de resucitado...

Como además los zombis sirven de metáfora facilona para todo tipo de análisis sociales, últimamente no hay comentarista que no recurra en algún momento a la analogía zombi. Lo mismo vale para el gobierno de Zapatero que para un equipo de fútbol en horas bajas, lo mismo para un ordenador infectado que para ETA o Díaz Ferrán, todo es susceptible de ser analizado en clave zombi.

Y de modo muy destacado, cómo no, la economía. Los escenarios post-apocalípticos de la ficción (un planeta devastado y poblado por muertos andantes) van como anillo al dedo para caracterizar la crisis, con una economía mundial arrasada y habitada por empresas, bancos y hasta países que están económicamente muertos pero que siguen caminando como si nada, aunque se les caiga la carne a trozos.

Así, últimamente he oído hablar de ‘inmobiliarias zombis’ (que se mantienen sin actividad alguna), ‘edificios zombis’ (levantados en el boom, y hoy vacíos o inacabados), y la más espeluznante: los ‘bancos zombis’, referido a entidades inviables pero sostenidas con dinero público, que se mantienen en pie con esperanza de resucitar.

Nunca he sabido si los zombis de las pelis saben que ya están muertos, o se piensan vivos aunque con mala cara, y lo mismo me pregunto de esos bancos zombis, que dan mucho miedo. Porque si un banquero vivo ya sirve para asustar a los niños, imaginen un banquero zombi.

Las autoridades aseguran que entre nosotros no hay bancos ni cajas zombis, así que no deberíamos tener miedo. Pero lo cierto es que algunos arrastran un poco los pies al andar, y los hay que parece que en cualquier momento se les va a caer una oreja, un brazo o una cartera llena de activos inmobiliarios de riesgo. Yo por si acaso cierro puertas y ventanas.

Más Noticias