Trabajar cansa

Los que sí añorarán al tripartito

"Los siete años del tripartito van a formar parte de la historia más negra. Deja una Cataluña en la que no se garantiza la libertad." -Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP de Cataluña-

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Decíamos ayer, en vísperas de su liquidación electoral, que el tripartito no tenía quien lo defendiera, tras haber renegado de él sus artífices. Podríamos pensar, por tanto, que nadie llorará hoy por él, que nadie lo va a echar de menos. Pero no es cierto, sí habrá quien lo llore.

No hablo de los ciudadanos, que ya tendrán tiempo de darse cuenta de si prefieren un gobierno de derecha con CiU. Me refiero a otros que durante años han hecho del tripartito su razón para levantarse cada mañana: sus feroces detractores.

Ya sabemos que el papel de periódico amarillea pronto, pero estaría bien recopilar todo lo que se ha dicho y escrito sobre el tripartito catalán durante estos años; la manera en que la derecha política y sobre todo mediática trituró la experiencia de gobierno catalana aplicando sobre ella la misma estrategia que años antes habían perfeccionado en Euskadi: colocar una lupa deformante que magnifica los errores, invisibiliza los aciertos y convierte lo anecdótico en categoría. ¿Recuerdan cuando Ibarretxe era demonizado día sí y día también, y cómo los cañones se giraron hacia Cataluña cuando llegó el tripartito?

Y al final ni se rompió España con el PNV ni se ha roto con Montilla, ni el Estatut ha ido muy lejos. Pero en esa agresividad no sólo había nacionalismo español: también falta de cultura democrática. Junto a los elementos soberanistas, la otra pata de la campaña antitripartito era su caricatura como un barco ingobernable. Claro que ha habido problemas entre los socios –por su propia falta de cultura democrática también-, pero lo que en otros países se llama pluralidad aquí se considera guirigay, los pactos siempre son bajadas de pantalones, y la discrepancia es jaula de grillos ("algarabía" lo llamó el otro día Felipe González), ya que lo nuestro son las mayorías, a ser posible de rodillo.

Por eso digo que sí habrá quien eche de menos al tripartito: los directores de periódico, columnistas, tertulianos y redactores de argumentario que a ver en qué se van a entretener ahora. Desolados los veo. Y miedo me da de que tengan tanto tiempo libre.

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