Trabajar cansa

¿Tú estás con los creadores o con los internautas?

"Las descargas ilegales son un problema de primer orden. Sentimos preocupación ante el fracaso de esta iniciativa legislativa." -Declaraciones de la Embajada de Estados Unidos en España-

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En el asunto de las descargas todavía no sé por quién tomar partido. No sé si alinearme en el bando de los sufridos y empobrecidos creadores frente a los criminales piratas que buscan la ruina cultural; o por el contrario unirme a las filas de los héroes de la libertad y la cultura democrática para combatir la avaricia de esos parásitos que se dicen artistas.

Sí, ya sé que ambas descripciones son extremas y deformantes, pero más o menos así lo presentan unos y otros. Una vez más se cumple esa ley no escrita por la que cuanto más complejo es un problema más lo simplificamos. Y el asunto de las descargas no puede reducirse a dos bandos enfrentados y un puñado de argumentos simplones.

Por un lado, no es cierto que sea un combate entre creadores e internautas. En ambos ‘bandos’ hay todo tipo de opiniones. Entre los creadores unos defienden la mano dura, otros conciliar derechos y garantías, los hay que piden un modelo diferente de explotación, y hasta partidarios de acabar con la propiedad intelectual. Entre los internautas, más variedad todavía: desde defensores honestos de un nuevo modelo cultural y de una red libre, hasta pasotas a los que sólo preocupa seguir bajándose pelis, pasando por consumidores dispuestos a pagar con un modelo razonable.

Además, ni creadores ni internautas están solos en la pelea: entre medias enredan muchos cuyos intereses nada tienen que ver ni con la creación ni con la libertad: la industria, que evidentemente mira por su dinero; los proveedores de Internet, que quieren evitar un canon; y quienes aprovechan estos conflictos para meter en cintura Internet.

Tampoco los argumentos a favor y en contra son tan simples como pretenden. Empezando por los económicos: acabamos de saber que Avatar es la película más descargada de la historia, y al mismo tiempo es la más taquillera de todos los tiempos. ¿Es una contradicción, es algo lógico, o es que las cosas no son tan simples como esa cuenta de la vieja que echa la industria?

En fin, la complejidad es mucha. Suficiente como para que el tema no se ventile de mala manera, de tapadillo y sin debate.

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