Trabajar cansa

Sed de urnas, no: sed de democracia

"Los ciudadanos son los que tienen hambre de urnas, no el PP. Piden urnas para que el país se ponga a trabajar en otra dirección." -Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso-

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Es una pena que la fiesta del PP en Sevilla se quedase de puertas adentro. Tras la apoteosis del líder lo suyo era que levantasen a hombros al campeón y lo sacasen a pasear por Sevilla, para compartir ese fervor con la gente de la calle, que con toda seguridad se habría unido a la fiesta y habría disputado por tener el honor de llevarlo sobre sus hombros bajo una lluvia de confeti.

El esfuerzo de los populares por contagiarnos del subidón en las encuestas queda bien en las portadas de los periódicos afines y en el salón lleno de aplausos, pero se viene abajo cuando se confronta con la frialdad que provoca en la calle. No sé si alguno hizo la prueba de ver las imágenes de la euforia pepera en el televisor de cualquier bar, para comprobar cómo el "campeones, oe, oe" provocaba una mezcla de indiferencia, burla y rechazo entre quienes tomaban el aperitivo. Y por supuesto, la misma reacción con un añadido de cabreo cuando en el minuto siguiente salía el portavoz socialista comentando la jugada.

La crisis no sólo se está llevando por delante derechos sociales, empleos y economías enteras. Además está provocando un desencanto democrático cuyas consecuencias están por ver. Aparte de la pésima valoración de la clase política, se extiende la resignación ante el callejón a que nos lleva el sistema bipartidista, que permitirá que el PP gobierne no porque lo merezca sino por lo rematadamente mal que lo ha hecho el PSOE. La encuesta de ayer de este periódico decía que ese mismo PP que se ve ganador tiene el rechazo del 33%, y la simpatía de sólo un 22%, inferior incluso a la del PSOE.

No es hambre ni sed de urnas lo que tenemos los ciudadanos, sino hambre de democracia, que no es lo mismo. Hambre de una democracia que no se reduzca a meter la papeleta cada cuatro años para que entre medias nos desmonten las cajas de ahorros, nos recorten derechos laborales y alteren el sistema de pensiones sin que nadie nos consulte sobre temas tan vitales. Hambre de una democracia que no nos haga elegir entre lo malo y lo peor. Y esa hambre no nos la va a quitar el PP.

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