Trabajar cansa

Cosas que no se llevará la lluvia

"La calidad del aire en Madrid es la mejor que ha existido nunca, lo que pasa es que la directiva europea es muy difícil de cumplir." -Ana Botella, concejala de Medio Ambiente de Madrid-

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Parece que por fin la lluvia y el viento limpiarán un poco el ahumado cielo de Madrid y los vecinos podremos respirar mejor y librarnos de la sequedad de garganta que sufrimos desde hace días. Al final tiene que ser la lluvia la que resuelva un problema que los gobernantes han sido incapaces de solucionar, y para el que tampoco tomarán medidas que lo eviten en el próximo anticiclón prolongado.

La lluvia se llevará la ‘boina’ negruzca, pero no tendrá fuerza para arrastrar otras boinas de las que no sabemos cómo librarnos. No se llevará, por ejemplo, un modelo de desarrollo urbanístico y económico altamente tóxico, que planifica ciudades enormes y desestructuradas donde se multiplican los desplazamientos kilométricos: trabajadores que tienen que cruzar la comunidad para llegar a su empresa, superficies comerciales y de ocio donde sólo se puede ir en coche, ciudadanos que tienen que ir al centro para una simple gestión administrativa, mercancías en reparto permanente...

Un modelo que prima el uso del vehículo particular, con barrios dispersos, sin comercio ni servicios y rodeados por autovías; infraestructuras que facilitan los viajes en automóvil (ahí están las ruinosas radiales); ayudas a fabricantes y compradores de coches; mientras se margina la bicicleta y se peatonalizan unas pocas calles para convertirlas en escaparate turístico y centro comercial al aire libre.

La lluvia tampoco arrastrará la cultura del automóvil que vivimos, la del "¿te gusta conducir?", de la que por supuesto somos también responsables quienes tenemos coche. Reconozcamos que, pasada la alarma de estos días, rechazaremos cualquier medida que nos limite o encarezca coger el coche para ir a todas partes.

Tampoco disolverá la lluvia la mediocridad de unos gobernantes, tanto unos como otros, que convierten la contaminación en un nuevo motivo de gresca política, sin resolverla. Y casi mejor que sea la lluvia y no ellos quien lo solucione, no sea que se les ocurra lo de siempre: privatizar la calidad del aire, y que acabemos respirando la misma mierda, pero pagando. Calla, Isaac, no des ideas.

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