Trabajar cansa

Si España no es Portugal, ¿por qué insistir?

"Está absolutamente descartado; desde hace tiempo los mercados distinguen absolutamente entre España y Portugal." -Elena Salgado, vicepresidenta económica del Gobierno-

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Repitan conmigo, todos a una: España no es Portugal. España no será rescatada. Podemos. Oe, oe, oe. Háganse una pulserita con el lema, cuelguen una pancarta en su balcón. Ahora apuéstense una cena a que no será la siguiente pieza del dominó especulativo. ¿Qué pasa, por qué miran para otro lado?

Sí, yo también estoy mosqueado. Aunque gobierno, expertos y organismos aseguren que no hay de qué preocuparse, a todos nos recorre un escalofrío. Se nos ha caído la pared posterior, y corre un vientecillo que pone la piel de gallina. Después de un año oyendo que Portugal nos cubría las espaldas, y que si caía seríamos los siguientes, es normal que nos asuste quedarnos con el culo al aire.

España no es Portugal, pero el mero hecho de repetirlo tantas veces puede hacer que algunos afilen los cuchillos. Porque yo no oigo a nadie decir que Francia no es Portugal, o que Alemania no es Portugal. De modo que la insistencia en nuestra solidez ya parece un atisbo de flaqueza. Y el argumento de que somos demasiado grandes para caer puede significar también que somos un bocado más grande y por tanto más nutritivo, puesto que la mayor resistencia a caer es también una promesa de mayor ganancia para quienes hacen caja con la desgracia ajena.

No sé a ustedes, pero a mí no me tranquilizan los mensajes tranquilizadores si vienen de esa Unión Europea que sólo "ayuda" a sus miembros cuando ya no tiene remedio, y cobrándoles un 5% de interés; ni si los envía el Gobierno, con la vista que tiene para las predicciones; tampoco si lo dice el Banco de España, que no vio venir los problemas; y no digamos si es la leal oposición la que dice que no hay peligro.

Pero además, todos los que ahora descartan el rescate español añaden un pero: "España no caerá, pero debe continuar las reformas para evitarlo, debe hacer todos sus deberes." Es decir, que si nos rescatan, malo; y si logramos evitar el rescate, será al precio de más ajuste y más reformas, y sin siquiera la garantía de que sirvan, como saben los portugueses tras sucesivos planes de ajuste. Podemos. Oe, oe, oe.

 

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