Trabajar cansa

¿Somos el 'Haití' laboral de Europa?

"Los segmentos más frágiles del mercado laboral –jóvenes, trabajadores poco cualificados y temporales- han sufrido más." -Informe de Perspectiva del FMI sobre Europa-

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La experiencia demuestra que no hay terremotos pequeños o grandes, sino construcciones más o menos resistentes. Dos seísmos de la misma magnitud pueden arrasar ciudades y dejar miles de muertos en un país pobre, o quedar en un susto y dejar unas cuantas grietas en un país que construya edificios resistentes.

Ahí está el terremoto de Haití, que con siete grados dejó 300.000 muertos y un millón y medio de personas sin casa, mientras Japón ha sufrido decenas de seísmos de siete grados sin apenas víctimas. Y sí, con el último tuvo 20.000 muertos. Pero era de nueve grados: imaginen cómo habría quedado Haití si cae allí.

Sin embargo no es de terremotos de lo que quiero hablar, sino de otro tipo de sacudidas: las económicas. Y la diferente resistencia de unos países y otros.

El mismo día que tembló Lorca, el FMI publicó un informe que dice lo que ya sabíamos: que no todos los países han sufrido los mismos daños con la crisis global. Así, mientras en el norte de Europa el paro ha aumentado ligeramente, en España el mercado laboral ha colapsado. Es decir, que en términos de sismología económica, somos el Haití de Europa.

Podemos discutir si la crisis ha sido de grado siete o de grado nueve. Pero lo indudable es que nuestras infraestructuras económicas y sociales no estaban preparadas. Mientras en otros países construían su bienestar con cimientos sólidos, aquí levantábamos chamizos que por fuera parecían lujosos pero cuya estructura era como la casa del cerdito que vuela cuando el lobo sopla. Y no sólo eso. En los terremotos, la resistencia de un país se mide en los daños, pero también en su capacidad de recuperación cuando cesa el temblor. Y en eso también somos Haití: tenemos casi cinco millones de parados en tiendas de campaña, y no hay mucho que ofrecerles.

Hasta ahí llega la comparación, pues la crisis no es una desgracia natural, no es un terremoto, ni el FMI puede dar lecciones de arquitectura. Pero a los países en zona sísmica se les exige prevención. La que nos ha faltado para no quedarnos en la calle cuando temblase la economía.

 

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