Trabajar cansa

Democracia interna (y tan interna)

"Las primarias nos han dado malos y buenos resultados, pero si concurre una sola persona es lo que en estos momentos más nos interesa." -Gaspar Zarrías, secretario de Relaciones Institucionales del PSOE-

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Está visto que lo de la democracia interna en los partidos es cada vez más un oxímoron, una contradicción en los términos del estilo de otras como inteligencia militar, capitalismo ético o guerra humanitaria. Ahí está el drama que ha montado el PSOE a cuenta de las primarias.

Tal como funcionan los grandes partidos, y con el poder que tienen en un sistema partitocrático, las primarias son lo más parecido a la democracia directa que cabe encontrar en ellos. Y eso que, aunque a algunos les parezca que rozan el libertinaje, no dejan de ser una forma de democracia controlada, pues si un afiliado quiere concurrir tiene que sometese a unas primarias de las primarias para reunir avales. Aun así, ya ven el trabajito que cuestan, que cada vez que se convocan se monta un pollo, y muchos siguen viéndolas como un síntoma de división y debilidad.

Cuando el partido está en lo más alto, nadie piensa en ellas porque es tiempo de adhesión inquebrantable al líder triunfal. Cuando el partido toca fondo tampoco sirven, porque es momento de cerrar filas para no abrir más vías de agua. Por eso lo mejor es hacer primarias con un solo candidato, como las que quieren montarle a Rubalcaba.

En circunstancias normales los forcejeos internos del PSOE para impedir las primarias hacen feo. Pero en momentos como estos, cuando una parte importante de los ciudadanos se ha echado a la calle exigiendo "democracia real", el descosido se nota más todavía, y la distancia entre la democracia externa de unos (en asamblea abierta, en la calle) y la democracia interna de otros, se agranda.

Como para hacer más visible esa brecha hoy, a la misma hora en que el PSOE se reúne para convocar sus primarias monoplaza, miles de personas participarán en las asambleas vecinales que el movimiento 15-M ha convocado en todos los barrios. Para intervenir en ellas no exigen avales, ni siquiera carné, y tampoco habrá barones ni conspiraciones. Así que son una oportunidad para Carme Chacón, un espacio abierto donde caerá mejor su discurso del otro día.

 

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