Trabajar cansa

Del sacrificado se aprovecha todo

"Hay otros que deberían tomar nota y seguir el ejemplo de quien toma una decisión por ser una persona honorable que cree en su inocencia." -Javier Arenas, presidente del PP de Andalucía-

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Cuando Francisco Camps se refería a su dimisión como un sacrificio, todos creímos que la metáfora iba por los caminos de los santos mártires que acababan en la parrilla por no renunciar a su fe, o las virginales doncellas entregadas al dragón o degolladas para aplacar la ira de algún dios, pero qué va, no iba por ahí. Visto el uso que su partido está haciendo del cadáver, más bien se parece al sacrificio de esos animales de granja de los que, como suele decirse, se aprovecha todo.

Como esas bestias que son pasadas a cuchillo cuando ya están viejas o no dan ni una gota más de leche, y de las que no quedan ni los huesos después de sacarles carne, cuero, grasa, vísceras, pelo y sangre -pues todo es aprovechable, lo mismo para comer que para hacerse unos zapatos o un cepillo-, así también están actuando los matarifes populares con el cuerpo caliente de Camps, del que no se desperdicia nada.

Así, la caída de Camps tiene muchos usos: sirve para reforzar la imagen de autoridad de Rajoy en el partido, al que sus aduladores presentan como un capitán firme al que no le tiembla la mano. Sirve para presentar al PP como abanderado contra la corrupción y por la regeneración democrática, vendiendo su salida como un ejemplo a seguir –pese a que ha tardado más de dos años en irse, y ha habido que empujarlo-. Es útil también para tapar la trama Gürtel –que parezca un caso cerrado con la salida de Camps-. Se intentará aprovechar también para resolver las viejas luchas internas del PP valenciano. Y por supuesto da para cargar contra el PSOE y el candidato Rubalcaba durante una temporada, al comparar la renuncia de Camps con el caso Faisán o los ERE andaluces, y dar lecciones de limpieza.

Ya digo, el PP ha descubierto la rentabilidad que puede sacarle al sacrificio. Sin embargo, se enfrentan a un problema: el animal estaba enfermo, muy enfermo, y cuando intentan descuartizarlo huele a podrido desde lejos. Aunque muchos nos damos cuenta, los carniceros intentarán vendernos la mercancía, por si cuela, que aquí no se tira nada.

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